Epílogo

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Epilogo

Era de mañana, muy temprano, o un poco para Emily y Alison que querían aprovechar que tenían un fin de semana largo después de una dura semana en la escuela, ellas amaban su trabajo pero no era un secreto que era un poco agotador.

La casa Fields-Dilaurentis estaba completamente en paz aquella mañana, eran las 8 de la mañana y dormían gustosamente.

Era una mañana soleada, un poco calurosa como para estar en la piscina solo preocupándote que la limonada en tu vaso fuera suficiente.

No fue sino hasta después de unos minutos que unos golpes a la puerta de la habitación de la morena y la ojiazul les interrumpiera el sueño.

-Cariño, ¿puedes ir tú? –preguntaba la morena aun un poco adormilada.

-Está bien. –decia la rubia sentada en la cama. Suspiro un poco y se dispuso abrir la puerta de su habitación para encontrarse al mejor regalo que la vida le dio. –Hola cielo. –sonrió mirando a la niña que les robo el corazón hacía ya 4 años.

-¿Podemos hoy invitar a las tías? –fue lo primero que salió de los labios de la pequeña.

-Claro que sí. –sonrió la rubia. -¿Despiertas a mami? –le preguntaba y la niña sonreía asintiendo.

Era una mezcla de ambas, después de aquel proceso hacia cuatro años de someterse al proceso ambas, y de hablarlo mucho habían decidido que Alison era la que acarraría el embarazo pero que el proceso del control hormonal para los ovarios lo llevaría Emily, en la entidad donde harían todo habían dado las características del donante que querían, después todo y esperando que funcionara la rubia se enteraba unas semanas después que estaba embarazada, las dos serian madres de aquella niña que siempre robaba sonrisas a todos los que la veían y los abuelos no podían estar más felices.

Sara había sido el nombre que escogieron en el mismo momento en que nació, jamás se habían puesto de acuerdo pero luego de tanto leer los significados de todos, ese fue el elegido, significa Princesa y para ellas eso es la pequeña Sarita.

Era una mezcla de la rubia y la morena, la niña tenía el cabello de Emily, el color y todo en el, pero los ojos los tenia de Alison, y agregando que se ajustaban a la luz que le diera, era completamente hermosa, tenía una pizca de locura que  a todos siempre le recordaba a Hanna como cuando era niña, no podían pedirle más a la vida, tenían lo que siempre soñaron y después de tanto luchar se había cumplido.

-¡Tía Hanna! –grito Sara al bajar las escaleras.

-Cariño te he dicho que no corras al bajar. –le recordó Emily.

-Perdón mami.

-Sari. –dijo Hanna. –Tenemos una misión.

-Ay no… -suspiro Emily mirando a las dos sonrientes. –Cuando esa palabra viene de ustedes dos siempre hay un desastre.

-Escuche desastre… ahora que hicieron –apareció Alison con un vaso con agua en sus manos.

-Aun nada. –dijo la morena mirándola con una sonrisa. –pero Hanna dijo “Misión”

-Ay no, la palabra peligro más bien. –dijo la rubia y Emily no pudo evitar reírse.

Tenias  que ser tu (EMISON)Where stories live. Discover now