Juzgar personajes.

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Suele ser tan fácil para nosotros juzgar a un personaje. 

Los comentarios sexistas, homofóbicos (palabra con la que no estoy de acuerdo), tercos o molestos suelen ser un gran problema; sobre todo cuando nos atrevemos a interpretar al personaje como si hubiera estado toda su narrada vida en las mismas condiciones sociales o familiares que el mismo lector. Solemos poner a los padres o a los abuelos en las situaciones del malo de la historia por no aceptar a su hijo/a homosexual cuando, en realidad, lo cierto es que se criaron en una época en donde eso era considerado una "condición", un problema mental si se quiere. No se puede realmente criticar a un personaje sin ponerse en su lugar.
Mi nonna no tiene grandes problemas con los homosexuales, pero mi papá sí. Eso no quita que él sea un amor de persona y ella sea medio molesta y a la antigua. Tienen cosas con las que no concordamos y con las que probablemente tampoco concordaremos, pero eso no destruye a la persona tierna y buena que hay de fondo; simplemente, por su crianza y la sociedad en la que fueron concebidos, que es muy distinta a la de ahora, su percepción varía considerablemente.

Lo que hace realmente difícil querer a un personaje es justamente el hecho de que no interactuamos con el personaje: no podemos agarrarla de las mechas si hace algo estúpido, ni darle una cachetada a él si hace alguna forrada; nos contentamos con quejarnos, gritar o, a lo sumo, romper algo. Si una amiga/o dijera algo estúpido, la insultarías un rato, la molestarías, le dirías que es una imbécil y ya está. En el personaje ficticio, esto es distinto. Ejemplo:

Situación A con: personaje ficticio:

"Noto por cómo me mira que quiere tenerme, pero no puedo darme el lujo de caer en sus redes al igual que el resto. Él no va a tenerme" [ja, okey]
Por supuesto, nosotras sabemos cómo termina esto: ella va a amarlo porque él no va a rendirse, leemos el POV de él y estamos más que seguras de que la protagonista realmente goza de su amor. Pero ella no. ¿Qué hacemos las lectoras? Criticamos a la protagonista porque él es hermoso, un bombón, un romanticón terrible y porque la quiere, sin entender que, en realidad, ella tiene más que justificado no querer estar con él al principio.

Situación A con: tu amiga. 

"Entra Juana, tu amiga. 

- ¡Amiga! 

- ¡Para, loca de la mente! ¿Qué te pasó?

-Me habló Pepito.

- ¿De nuevo? 

-Si, ¿qué hago?

-No le hables.

-Ya le hablé.

-Ah, bueno, hacé lo que se te cante el orto entonces, hermana. ¿Para qué carajo me preguntas?"
Ahí la situación cambia, ¿por qué? Si a tu amiga le habla el denominado "playboy escolar" depende de si te gusta él o no, tenés dos posibles salidas: 

Salida A: 
- ¡Si, chamuyátelo, entrale hasta por las orejas!
O

Salida B:
- ¿Vos sos pelotuda? Seguro te quiere para coger y después te deja por otra, como hace con todas.
Probablemente, vos a tu amiga le digas la segunda (con una variación no tan violenta hacia su pobre persona), porque no sabés si realmente el chico la va a enamorar y la va a dejar, desvirgada y todo, o si realmente la quiere. Pero, al personaje femenino de la historia, no le pasa eso: la amiga siempre le fomenta que tiene que ir con él, porque parece ser que las mujeres no piensan claramente cerca de este chabón, es como un magnetar al que los átomos se le acercaron mucho, él está en todos lados, las personas le dicen que nunca lo habían visto así, por ninguna chica, que ella es única y que realmente lo cambió. Y, además, nosotras leemos el POV del chico (como dije antes), para nosotras, es evidente que él la ama, y la tratamos de estúpida a ella cuando, en realidad, el problema no es de ella sino de él. 
No deberíamos enojarnos con un personaje simplemente porque no acepta cosas que tal vez nosotros sí aceptaríamos. 
Por ejemplo, si la chica se enamora de un mafioso re romántico y, cuando se entera qué hace para vivir, no quiere saber más nada con él, no tenemos por qué enojarnos con ella porque no tiene por qué querer lo mismo que nosotros, sin importar si nos gusta el otro personaje o no. 
Ese es el tema. He oído y leído mucho esta frase: "Ah, pero si fuera yo..." ah sí, chiquitín, si fueras vos...pero no sos vos, es el personaje que es otra persona distinta a vos, que no manejas vos y que funciona cómo el escritor haya decidido construirlo. 

Punto final del asunto. 


[Por las dudas lo voy a aclarar: mi intensión no es herir ni sentimental ni moralmente a nadie, simplemente quiero establecer mi visión de las cosas. Por supuesto, intento ser lo menos dañina posible]

Besos. 


Crítica al lector.Where stories live. Discover now