Las relaciones.

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Ah, las relaciones. Tan bonitas que se ven. Diría que la gran mayoría de las personas están, estuvieron o estarán en una relación, y eso no está mal. 
Voy a aclarar los tantos con respecto a mi opinión personal sobre estos temas, cómo se los trata en la literatura y cómo lo ven los lectores. 
Es cierto que las relaciones son jodidas, que el que la gente conecte no es un hecho cerrado y no tiene necesariamente por qué pasar, eso no quita que cuando pasan generan cambios importantes en quiénes somos, cómo actuamos y cómo vemos las cosas. ¿Por qué sucede eso? Un poco de ciencia por aquí: básicamente, estás drogado. Literalmente. Las drogas son sustancias químicas que, una vez que entran en el cuerpo humano, producen un cambio químico (la comida no cuenta como droga porque no es una sustancia química) en alguna parte, siempre el cerebro. Cuando nos enamoramos hacemos cosas que jamás haríamos justamente para recibir una descarga de esta droga que el mismo cerebro produce, llamada "dopamina". Es normal que la gente haga cosas que normalmente no haría cuando está enamorado, es así como funciona el cerebro humano drogado: se esfuerza en conseguir esa droga, hace todo por esa droga, vive por esa droga. Con la diferencia de que es sano estar enamorado, porque somos seres sociales. 
¡Ahora! ¿Eso qué significa realmente a nivel social o humano? Les comento: la necesidad de esta droga se vuelve tal que querés estar todo el tiempo con esa persona, lo que no está mal, es cuestión de tiempo, es hasta que el cuerpo se acostumbre a esta droga y se calme, ahí, la relación entra en un segundo estadío donde la pareja empieza a gozar de otras cosas además de los encuentros carnales: sentarse a ver una película, dormir dándose la espalda, simplemente sintiendo el calor del otro. El corazón deja de acelerarse cuando esa persona entra en la habitación, las cosas se tranquilizan, se vuelven familiares; la emoción cesa, básicamente.

¿Eso está mal? No, hay que tenerle paciencia. El asunto es que los lectores no tienen paciencia y los escritores no saben escribirlo para que los lectores sientan esa paciencia; no logramos forzarlos a esperar, tenemos que darles exactamente lo que están esperando de nosotros. 
Como escritores fallamos miserablemente, sobre todo porque los lectores son como chicos: hacen berrinches porque saben que consiguen lo que quieren si los hacen. Los lectores dejan de disfrutar cosas bien hechas o empatizar con personajes reales simplemente porque están leyendo libros que están mal construidos. De todas maneras, es culpa de los lectores porque nadie te obliga leer algo mal escrito. 
La verdad es que en la literatura se pinta a las relaciones como básicamente alrededor de lo que orbita todo el Universo del personaje, no tienen otras motivaciones más allá del amor, y, si las tienen, (por ejemplo, el trabajo) a su interés amoroso o lo va a conocer ahí o los apoya completamente.
Les concedo que no son del todo completas, les falta algo, como que a los personajes les falta sustancia; no tienen motivaciones más allá del amor, y es medio una porquería, pero esa novela en particular gira en torno a esto, no a la vida personal de los personajes, entonces, no se concentren en los puntos que ustedes quieren que se toquen que no saben si son parte de la novela o no. ¿Por qué? Porque, por ahí, sin esa preconcepción que tenías de lo que esperabas, te gustaba lo que leías, el tema es que no te diste realmente la oportunidad de disfrutar lo que leías porque estabas esperando leer algo que nunca estuvo ahí en un principio. 
Entonces, ¿a qué apunto con esto? Cuando criticamos a una persona por querer estar con su pareja o por elegir creerle a su pareja o por estar tan enamorado que realmente la pasa mal cuando se pelean o cualquier cosa así, lo que decimos es: "que persona tan sentimental" cuando, ¿por qué no? Tiene total derecho a sentirse mal o lastimado o dolido o quejoso o enojado con su pareja, y probablemente también se la agarre con gente que no tiene nada que ver, y no es culpa de la relación en sí, es culpa de las reacciones inconscientes que tenemos cuando estamos enojados. NO SON CONTROLABLES, MUCHACHOS, NO LO SON. No son cosas que hacemos porque queremos conscientemente, son cosas que nos hacen bien o mal a nivel inconsciente, es poco probable que sepamos por qué nos pasa lo que nos pasa.


Besitos, besitos, chau.


Crítica al lector.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin