12: Estoy vivo, perras.

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Finalmente llegamos al hospital y mi tío nos mira con desaprobación desde la puerta de la habitación donde se encuentra Cal.

—¡Tardaron una eternidad!—nos regaña cruzándose de brazos.

Tampoco exageres, menorcibiris.

Los chicos me miran raro al escucharme hablando en español. Amo vivir entre gringos, los puedo echar a la calle y ni cuenta se dan.

—¿Y Calum?

—Se está vistiendo, ya sale en un momento—responde mi tío mirando su teléfono.

Conversamos un rato esperando a que Calum saliera de la habitación.

—¡Buenas tardes, Las Vegas!—Calum abre de manera triunfante la puerta de la habitación, reímos y se gira a nuestra dirección—. Estoy vivo, perras—ladea un poco su cabeza y alza una ceja.

Divina.

—Okey, hora de irnos, guardería sunnyside.

—Más respeto, anciano.

No te busques la muerte natural, carajita del diablo—me señala con el dedo indice y yo le saco la lengua.

Llegamos al aeropuerto de manera encubierta y en pasos apresurados nos subimos al avión.

—Deberían dormir todos un poco—nos aconseja mi tío y le hacemos caso porque literalmente todos se echaron a dormir.

Mis ojos se cierra y dejo caer mi cabeza en el hombro de Crystal quien recuesta su cabeza sobre la mía.

—¡Cia, Crystal, despierten!

Suelto un gruñido y Crystal se mueve un poco.

—Ya levántense, flojas. Ya llegamos.

Abro los ojos y suelto un bostezo seguida de Crystal.

Me pongo de pie para estirarme por completo y los chicos se ríen de mi manera de estirarme.

—Pareces contorsionista—se burla Mike y yo lo miro mal.

Camino hacia la puerta.

—¡ESTAMOS DE VUELTA, LA!—exclamo cuando la puerta del avión se abre.

—Cállate.

Siento un zape en la nuca y mi tío pasa de largo a mi lado.

Mira chamo, respeta vale—me quejo bajando las escaleras.

Él se ríe y yo termino de bajar las escalera para meterle un zape en venganza.

¡Mira, carajita el coño!—me grita para comenzar a corretearme.

Los chicos llegan detrás de nosotros y finalmente salimos del aeropuerto pasando desapercibidos para subirnos al auto.

Ya íbamos en el auto cantando como locos sin su medicina.

—Oigan como mañana es la graduación de Cia deberíamos hacer una fiesta en la casa—propone Crystal y los chicos asienten a su propuesta—. Ah, por cierto, déjennos en el centro comercial más cercano, por favor.

—¿Para que?

—¿Cómo que para que? Obviamente iremos a comprar el vestido que usaras mañana—explica mostrando indignación ante mi pregunta.

—Pero si tendré una túnica encima, ¿Que sentido tiene que compre un vestido nuevo? Puedo ponerme cualquiera—digo con simpleza y todos me miran mal—. Nadie verá mi vestido, chicos.

LATINA ―5SOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora