Capítulo 18

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Al principio habia creído que mi sacrificio valía la pena porque mi familia estaría a salvo de las amenazas de la reina y el enfado del rey, pero al ver que se desmoronaba por mi causa, el peso de las cadenas que mis decisiones habían forjado era ...

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Al principio habia creído que mi sacrificio valía la pena porque mi familia estaría a salvo de las amenazas de la reina y el enfado del rey, pero al ver que se desmoronaba por mi causa, el peso de las cadenas que mis decisiones habían forjado era casi insoportable. Me sentí culpable, si, por guardar silencio de aquellos a los que aun, descaradamente, continuaba llamando familia.

La tensión que habia a mi alrededor fue sustituida por el nerviosismo, por causa del anillo que el rey habia colocado en mi dedo. La fecha de la boda se habia adelantado más de lo esperado porque se habia saltado la ceremonia de pedimento en el que la reina debía bendecirme como la esposa de su hijo. Después de que el rey se marchara, escuché rumores entre los cuchicheos de la servidumbre sobre lo ofendida que se encontraba la reina al ser menospreciada por su propio hijo, cada vez mas comenzaba a sospechar que realmente entre el rey y su madre habia un tipo de enfrentamiento silencioso que quizás solo los más involucrados a la política o a la familia real podían darse cuenta.

Mis pertenencias fueron guardadas en baúles preciosos y subidos a un carruaje que me llevaría al palacio, en ellos se encontraban hermosos tesoros que los joyeros habían creado para mí, además de hermosos vestidos qué, desgraciadamente, solo podía usar una vez porque una reina no debía repetir un atuendo

Poco después se nos fue informado que, por el rango del título de nobleza de mis padres, solo podían acompañarme hasta la mitad del camino hacia el palacio, después debían abordar otro carruaje que los llevara a la capital ya que una persona estaría esperando por mi y ella seria la encargada de ser mi apoderada.

Cuando el día de mi partida llego, me di cuenta que realmente solo sería mi madre quien me acompañaría.

—¿De verdad ellos no vendrán?—me atreví a preguntar. Mi madre no pudo disimular la expresión de consternación que le había causado mi pregunta, bajo la mirada unos segundos, tal vez reflexionando las palabras correctas.

—Ellos también partirán en unos días a Cromenia, así que no tendría caso el que nos acompañaran, pero sé que ambos te desean lo mejor y te dan su bendición— expreso forzando una sonrisa. Eran falsas y hermosas mentiras que me hubiese gustado creer.

—¿Es decir que tampoco vendrán a despedirse de mi?

Negó con la cabeza. Estaba comenzando a acostumbrarme a la decepción, quizás, mi relación con Jane definitivamente se había roto, pero no con mi padre, sabía que su desconsideración hacia mí, era más bien una lección, una que aún no comprendía, pero no quería hablar con él al respecto porque seguramente me haría desistir de continuar y al negarme solo lo ofendería más.

El carruaje avanzo, pero me sentí culpable de que la servidumbre que había estado sirviéndome también me siguiera en una caravana a la capital porque Jane y mi padre se quedarían apenas con unas cuantas personas. Los ánimos se elevaron al cielo, mis doncellas se mostraron más entusiasmadas al saber que estarían más cerca de sus hogares, a excepción de lady Florance.

Amor De CristalWhere stories live. Discover now