q u i n c e

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Un terrible dolor de cabeza fue lo que sintió cuando al despertar llevó sus manos a está, amanecía y el sol entraba por sus ventanas; la habitación era un espacio blanco en contraste con sus sábanas negras. Estaba en casa sin la más remota idea de haber ido.

Carraspeó un poco con su garganta y se sentó en el medio de la cama, al hacerlo se dio cuenta de que aún tenía puesto el disfraz y que su boca estaba completamente seca.

- Esto es una mierda... - Murmuró volviendo a recostarse y hundir su cabeza contra las almohadas.

- ¿Cómo te sientes? -

Jungkook volvió a sentarse de golpe y vio en dirección a la puerta, encontrando a SeokJin recargado en el marco.

- Me diste un susto. - Dijo quitando su cerquillo del rostro. - ¿Cómo es qué estás aquí? -

- Namjoon nos trajo. Te desmayaste, no reaccionabas ni siquiera con alcohol, Nam no quiso llevarte a un médico porque el bar no tiene seguro ni licencia, reaccionaste un poco en el auto y nos hiciste subir por el ascensor. - Jungkook lo miró incrédulo. - Pero veo que no lo recuerdas, entraste directo aquí y te dormiste. -

- Ah. - Fue lo único que dijo para luego, lentamente, ponerse de pie. - ¿Namjoon está aquí? -

- No, se fue luego de que entramos al ascensor. - El menor asintió  y caminó en dirección a SeokJin para darle la espalda.

- ¿Puedes bajar el cierre?, estoy tan malditamente harto de esta cosa. -

Jin no dijo nada, solo paseo su vista sobre la fuerte espalda y los muy bien marcados omóplatos, luego de un momento de perdición llevó sus manos al comienzo del cierre en su nuca y descendió de apoco hasta llegar al pliegue de su trasero.

- ¿Cómo es que entras en esta cosa?, ni siquiera llevas ropa interior. -

- Vaselina a montones y tiene un protector al frente. Gracias. -

- De nada. - Respondió el mayor viendo a Jungkook quitarse el traje y caminar desnudo hasta tirarse en su cama, boca abajo. - ¿Cómo te sientes? -

- Raro. - Y era cierto, su cuerpo tenía el cansancio de siempre pero emocionalmente estaba perdido.

- ¿Tienes hambre, quieres que me quede? -

- No, puedes irte. Gracias por esperar a que despertara. -

- Me voy entonces, dejé mi número de celular anotado en la cocina y puedes llamar si necesitas lo que sea. -

Jin supo que eso último no llegó a oídos de Jungkook pues ya había caído dormido. Se acercó, y tomó la esquina del cobertor para cubrir su espléndida desnudez, lo miró por unos momentos.

Era tan lindo y tan pequeño, según él. Tenía esas mejillas rodadas y unos bonitos dientes de conejo, su cabello negro y brillante como la noche. Acarició su cabeza y le dedicó una última sonrisa para luego salir de su habitación.

Fuera de lo que pensaba, Jungkook era un chico muy ordenado. Tenía un departamento grande, mínimalista y una plasma con diversas consolas y videojuegos. Al ser un amante de la cocina - y quizá un entrometido también- fue a su grande y bien equipada cocina.

Era increíble que tuviera de todo en cuanto a utensilios y trastos para que en su refrigerador solo tuviera cartones de leche y cereal en su alacena. Eso no era una alimentación saludable.

Era temprano y los mercados tenían verduras frescas, no tenía nada que hacer ese día y Namjoon le dio la orden de cuidar al chico. Dejó su suéter ahí y salió del departamento, no sin antes tomar la llave de repuesto en el estante de la estancia.






...







Taehyung, Taehyung, Taehyung.

Era Taehyung con su piel canela, Taehyung con sus cimas planas, Taehyung con sus muslos gruesos y Taehyung con gemidos hondos. Todo era Taehyung, y Hoseok estaba en lo bueno del infierno.

La sonrisa del pelirojo volvía a su deslumbre, aquella que ya había perdido hace tanto... Despertó a Dahyun con besos sobre su rostro y la persuadió con mimos evitando el sexo matutino. La noche anterior, luego de dormir un poco, Taehyung lo despertó de la misma manera que él con la chica, el castaño besó cada una de sus mejillas y lo abrazó fuerte antes de hacerlo ir.

Era Taehyung con sus piernas largas, Taehyung con su espalda ancha y por sobre todo, era Taehyung con la intimidad colgando entre sus piernas.

En realidad Hoseok no recordaba haber gustado tanto de alguien con anterioridad, o era la novedad de gustar de un hombre lo que lo hacía sentir así, porque en su vida había gustado de chicas en diferentes ocasiones, pero jamás había sentido una atracción tan excitante.

Estaba preparándose para el trabajo cuando abrió su armario y ajenas prendas femeninas estaban ahí. En ese momento no dijo nada y se ocupó de revisar demás cajones, el tocador en el sanitario y son saber cuando un nuevo y tribal cobertor en la cama.

Era de esperarse que Dahyun comenzará a mudarse de lleno a la casa, pero Hoseok nunca imaginó que tan pronto... Apenas y lograba librarse de la chica cuando está ocupaba de ir a su casa por ropa o cualquier cosa que necesitara. Tampoco se extrañó del olor a desayuno recién hecho cuando salió de la habitación, o de verla con una el cabello revuelto y aun en pijama. La monotonía del matrimonio ya los atacaba y eso que no estaban casados.

- Mientras desayunas te haré algo para el trabajo. - Dijo ella abrazándolo por la espalda y luego dejando un beso en su mejilla.

- Gracias, Dah. - Fue su única respuesta para después, con desgane, comenzar a comer.

B U G A .vh/ym/jnkWhere stories live. Discover now