t r e i n t a y d o s

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Era la noche libre de Jimin y mientras el tanque de oxígeno estuviera lleno no había necesidad de velar por su madre, así lo hacía cada tarde para salir al bar; atendía a su madre durante el día y por la noche esperaba a que durmiera para poder salir. La pequeña casa era oscura, fría y podía escuchar perfectamente el horrible estruendo de la vida callejera. Pero era lo más accesible que podía permitirse sin tener que preocuparse cada fin de mes por el alquiler y el tratamiento médico. El viejo y solitario sofá de su estancia era lo único que tenía para dormir, con una montaña de edredones y la televisión encendida sólo para alumbrar tenuamente.

La llamada de Taehyung lo había descolocado, pero en su momento no podía detenerse a pensar puesto que todo el día habló con su madre acerca de negarse al cambio de catéter. Una vez que ella parecía tranquila al dormir, él se acostó para que enseguida aquel asunto le pegara fuerte.

Sí, había sido descortés con el castaño, pero solo porque este era un idiota creyendo que alguien estaba de verdad interesado en él. Jimin tenía clientes mierdas, lidiaba a diario con gente terrible, la única persona que había hecho dudar de su criterio fue Yoongi, pero el mismo estaba involucrándose con una chica tan pronto Jimin salió de su vida.

El problema era que Jimin no quería estar fuera de su vida.

Los minutos pasaban lentos y no podía dejar de pensar que seguramente el imbécil de Taehyung estaba con las piernas abiertas a su "príncipe frecuente" y el maldito de Yoongi estuviera revolcándose con esa. Jimin era un desastre y sabía perfectamente que era su culpa, más sin embargo ahí estaba, envidiado de Taehyung y dolido de Yoongi. Y cuando menos lo pensó ya estaba de pie, cubriéndose con una gorra y una chaqueta, dio una última mirada a su madre, besó su frente y luego salió. Porque necesitaba una jodida explicación y no tenía la paciencia de esperar a que Yoongi doblegara su orgullo.

Caminar por la calle cuando estaba por ser media noche era lo que menos le importó, sin detenerse hasta llegar frente al edificio, el estándar estaba estacionado, cual significaba que Yoongi estaba ahí, subió las escaleras con decisión,siendo ignorado por el portero que dormía en lugar de cuidar. Agradeció que dentro de todos sus ajetreos mentales recordará con exactitud la fachada del marco de la puerta del ahora rubio. Y cuando estuvo de frente, con un puño a punto de golpear, la puerta fue abierta. Los ojos de Jimin se abrieron por completo al igual que los de Suran, quien luego de la sorpresa le dedicó una pequeña sonrisa.

- ¿Puedo ayudarte en algo? - Le preguntó curiosa.

- Yoongi. - Fue lo único que dijo, no queriendo por ningún motivo compartir palabras con ella. La peliverde asintió.

- ¡Min, creo que te buscan! - Habló gritando, se escucharon pisadas, el corazón de Jimin latiendo como loco cuando el rubio salió detrás de ella, usando un ridículo mandil y unos guantes de cocina.

- ¿Jimin? - Indagó con conmocion, el pelirosa luchaba contra el instinto de apartar la mirada de sus ojos, y Suran los miró a ambos, muy sorprendida.

- Yo... Creo que podemos dejar esto para después. - Dijo ella, mirando de soslayo a Yoongi. - Quiero saberlo todo. - Murmuró al rubio muy bajito y luego salió, cruzando con Jimin. - Un placer. - Después de eso Jimin no espero invitación, entró y se cruzó de brazos en medio de la estancia, Yoongi cerró la puerta, silencioso mientras giraba a ver al chico.

- ¿Quieres un café? - Propusó al ver la punta congelada de su pequeña nariz, más Jimin negó.

- Hablemos. - Ordenó sentándose en el banquillo del piano. Yoongi sacó los guantes de sus manos y se acercó, de pie y racargado mientras cruzaba sus manos. Atento a escucharlo. - ¿Estás saliendo con ella? -

B U G A .vh/ym/jnkWhere stories live. Discover now