❝ Baby Lips ❞ Reddie ©

❦Chapter twelve

3 semanas después

Y así habían transcurridos los días, Richie y Eddie saliendo, pasándola completamente felices entre ellos mismos y también con los perdedores. El día de ayer Richie había tomado un vuelo a Los Ángeles ya que tenía un m&g pero al día siguiente, Richie ya estaba de nuevo en Derry.

Hoy habían quedado ambos de ir a casa de Richie y tomar un café.

•••

— No hay duda que tu café es sumamente asqueroso. —habló Richie mientras hacía un gesto de asco al probar el café de Eddie sin nada de azúcar, ya que a él así le gustaba. Rápidamente el de lentes lo quitó de su boca.

— Está rico. —Eddie lo fulminó con la mirada. Indignado ante las palabras de Tozier.

— Pero no más rico que tú... — Richie susurró de manera provocadora.

— Que vulgar eres eh, yo no estoy rico, estoy delicioso. —Eddie alzó una ceja. Richie rió y tomó de su mano.

— Oh baby lips, no hay duda que eres una mujer reencarnada en hombre. —replicó el de lentes. A lo cual este comentario le tomó por sorpresa a Eddie.

— Puede ser que si, puede ser que no... —susurró Eddie en modo de suspenso.

— Admítelo, lo eres, actúas como una chica, eres toda una perra y por último y no menos importante, te encanta que te diga baby lips, el cual es un apodo hipotéticamente gay. ¡Dios mío! ¿Qué pasó con el Eddie Kaspbrak de 13 años que le daban asco los besos debido a los gérmenes?— Richie acomodó sus gafas y giraba la cuchara que estaba en su café, sonando el típico tintineo que hace la cuchara con la taza.

— Sigo siendo ese pequeño niño acomplejado, solo que he crecido. — respondió el asmático con completa audacia.

— Pues ni tan niño... — Richie tomó la suave pierna de Eddie por debajo de la mesa.

— Hey hey hey, relájate, vale, así está la cosa, Trátame como a una princesa, fóllame como a una zorra, Richie. —habló Eddie, hablando suciamente y sintiéndose travieso por ello. Richie alzó una ceja en señal de agrado.

— Hmm... eso me gusta... — Richie se levantó de la silla, tomó a Eddie de la cintura y lo cargó.

— Hey hey... —gritaba Eddie mientras reía con Richie. — ¿a donde crees que me llevas?

— Oh señor, yo lo llevaré a mi cama ahora mismo a mirar las estrellas. —habló el bocazas imitando su típica voz de Pancho Villa.

Richie subió rápidamente las escaleras mientras que ambos reían abiertamente, Eddie golpeaba juguetonamente la espalda de el de lentes para que lo bajara, pero sus golpes eran nulos ya que si se trataba del juguetón de Tozier, se hubiese quedado toda una eternidad en su espalda.

Rápidamente el bocazas lanzó al asmático a su cama, comenzó a hacerle muchas cosquillas por todo su cuello y estómago, Eddie reía plenamente, le imploraba a Richie que parara pero el antes mencionado lo ignoraba. Ambos reían como nunca, ambos les invadía la felicidad, se sentían tan felices juntos, con ganas de jamás separarse.

Por otro lado Richie se sentía realmente feliz, estaba tan enamorado de Eddie Kaspbrak que no podía describir lo que sentía en el, después de mucho tiempo, el de lentes se sentía feliz, sin preocupación alguna, olvidándose completamente de todos sus problemas y mortificaciones que lo acogían terriblemente día a día, por un momento, dejó de sentir esa terrible sensación de preocupación y presión, como si no fuera una celebridad, sintiéndose un chico común y corriente de 22 años. Eddie lo hacía tan feliz.