CAPÍTULO 7

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7.- Sorpresas

Caminaron por el camino hacía la casa de forma silenciosa, acaban de cerrar la puerta detrás de ellos cuando Twinkle apareció justo detrás de ellos. La elfina doméstica, corrió a saludarlos mientras les hablaba de forma agitada.

- ¡Amo, Amo! El profesor Severus Snape, la profesora Minerva McGonagall y el señor Alastor Moody le están esperando, amo. Ellos quieren hablar con usted.

Dumbledore estrechó los ojos. Aquel era un anuncio inesperado ya que él no había llamado a ninguno de los tres. Sintió como Harry se tensaba a su lado y apretó su brazo en la cintura del pequeño, mientras intentaba confortarlo. Mirando a la elfina, trató de serenarse tanto como fuera posible antes de hablar, ya que no era apropiado que Harry supiera como lo angustiaba aquella situación. Habría deseado tener algo más de tiempo para que el muchacho se acostumbrara a toda esta situación.

- ¿Están en mi oficina, Twinkle?

- Sí, Amo.- Dijo la elfina cabeceando vigorosamente.

- ¿Les has hablado sobre Harry?

- No, Amo, claro que no.- La elfina parecía un poco ofendida.- Twinkle les dijo solo lo que Amo pidió. Que amo estaría fuera por la mañana.- Dumbledore asintió visiblemente contento.

- Bien hecho, Twinkle.. Ahora, por favor, pon estas cosas en la habitación azul.- Le dio a la elfina la gran mayoría de bolsas que simplemente había desencogido.- y pon estas bolsas en la pequeña habitación al lado de mi oficina.- La elfina hizo señas a las bolsas y desaparecieron con un pequeño "boom".

- ¿Algo más, Amo?

- Sí, ¿podrías traernos algo de almuerzo? Estoy seguro que ni los profesores ni Alastor han comido algo. Por favor, también trae un poco de sopa.- Antes de que la elfina pudiera irse, Dumbledore volvió a hablar- Oh, y Twinkle…- La elfina se giró para mirarlo con curiosidad.

- ¿Sí, Amo?- El director señaló al muchacho.

- De hoy en adelante, este es el Amo Alexander. Si alguien pregunta, llegó hace unos días y es mi nieto. Lo tratarás como a tal y te olvidarás que alguien llamado Harry Potter ha estado aquí en la vida ¿entendido?- Los ojos de la elfina brillaron de forma traviesa.

- Sí, Amo. Twinkle, hará eso.

Entonces, con un suave "boom" desapareció, dejándolos solos.

Dumbledore llevó a Harry con rapidez hasta un pequeño cuarto y dejó en la mesa la última bolsa que había estado llevando. Buscó en ella por un momento y entonces se giró con un poco de ropa en sus manos hacía el muchacho que en aquellos momentos se estaba apoyando contra la pared.

- Vamos, Alec, debemos cambiarte en esta ropa y entonces comprobaremos lo bien que hemos preparado tu disfraz.

El anciano ayudó al exhausto muchacho a que se cambiara de ropa. Harry comenzaba a sentirse realmente mal y simplemente deseaba tumbarse en su nueva cama. No solo se encontraba claramente enfermo, sino que también estaba muy nervioso; sabía que tendría que enfrentar a las personas que conocía mientras estuviera bajo el cuidado de Dumbledore, pero comenzar Severus Snape y Alastor Moody no era una buena idea. Aquellos dos, eran algunos de los hombres más suspicaces y sospechosos que te podías encontrar en la faz de la Tierra. Dumbledore, por otro lado, había notado lo pálido que Harry se había puesto y frunció el ceño, mientras colocaba una mano en la frente del muchacho.

- Parece que la fiebre vuelve a ser muy alta, Alec, lo mejor será que te coloque en la cama lo antes posible, parece como si te fueras a desmayar de un momento a otro.

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