CAPÍTULO 41

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Red de mentiras

Autora: Star Polaris

41.- Miedos.

Dumbledore se sentó con Alec y Minerva a su lado. Severus había dejado su lugar habitual al niño, y en cambio se sentó al otro lado de Alec, mientras lo protegía de los maestros curiosos.

Una vez estaban sentados, Dumbledore comenzó a comer con serenidad, mientras ignoraba las miradas interrogantes que la mayoría de los profesores le estaban lanzando. Alec y Minerva siguieron su ejemplo rápidamente, aún cuando el niño le mirara de vez en cuando.

Comieron silenciosamente; los maestros estaban manteniendo su curiosidad a raya, sabiendo que el anciano no les iba a decir nada hasta que fuera el momento oportuno.

La cena acabó por fin, y Dumbledore sirvió el té a todos los presentes. Mirando a su nieto, frunció el ceño ligeramente.

- Alec, es tarde, es hora de que te acuestes.- El muchacho lo miró sorprendido, entonces frunció el ceño profundamente.

- Abuelo...- Dumbledore le devolvió la mirada.

- Ahora, Alexander.- Cuando el joven no hizo ningún movimiento para ponerse de pie, Minerva se levantó.

- Ven, Alec, te llevaré a tu cuarto.

Harry apretó los labios, ero se puso en pie obedientemente, mientras no apartaba la mirada el anciano. No quería irse; necesitaba saber que era lo que estaba pasando, pero no deseaba causar una escena delante de todos los maestros, por lo que no tuvo más opción que irse con la mujer. Una vez que se fueron, Severus se giró a Dumbledore.

- Si no planeabas el dejarle estar presente en esta reunión, ¿por qué insististe en que viniera a comer con nosotros? Sabes que estará enfadado contigo y con buenos motivos.- Dumbledore asintió ligeramente y suspiró.

- Lo sé, Severus. Pero quería tenerlo a mi lado mientras los miembros de la orden comenzaban a llegar al castillo.- Esas palabras causaron miradas sobresaltadas del resto del personal. Fue la profesora Sprout la que habló en nombre de todos.

- ¿La Orden viene?- Albus asintió ligeramente.

- Sí. Desde que ya no tenemos lazos con el Ministerio, creo que será mucho más seguro el tenerlos cerca.- Severus frunció el ceño profundamente.

- Sobre eso, Albus, ¿no crees que fue una decisión bastante dura? Quiero decir, sé que favoreces al mocoso Potter, y mientras no estoy de acuerdo contigo, sé que es importante para nuestro lado. Pero romper las conexiones con el Ministerio de Magia solo porque el Ministro lo insultó, no me parece un movimiento inteligente.- El anciano miró a su maestro de pociones durante un tiempo bastante largo, antes de negar despacio.

- No lo hice por Harry. Esa fue sencillamente la excusa que necesitaba. He estado pensándolo durante semanas, pero no quería decir mis auténticos motivos a Fudge porque habría descubierto a mis espías en el Ministerio.- Los maestros lo miraron desconcertado; Sinistra, que había estado sentada en silencio al lado de Severus cogió su taza y bebió un poco de su té antes de hablar.

- Si el señor Potter no era la razón, entonces ¿por qué, Albus?- El anciano frunció el ceño y miró atentamente su taza.

- Todos vosotros sabéis que Fudge es un hombre hambriento de poder. Negó el que Voldemort hubiera vuelto, porque temía perder su posición como Ministro de Magia. La opinión pública es demasiado importante para él, y ha perdido demasiada aceptación en las últimas semanas.- Mirando a los demás vio que la mayoría de sus profesores estaban de acuerdo.- Hace unas semanas, uno de mis espías me informó de un plan del Ministro para recobrar algo de su popularidad perdida.- Se escuchó un pequeño gemido por parte de la profesora Vector.

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