Butterfly [Park Jimin] +18

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1 semana después.

POV. Jimin.

—"Los humanos nacemos para crecer, aprender a vivir, aprender el dolor que es vivir en este plano y sobrevivir, crear nuestra propia familia y aprender de ellos también, porqué, a pesar de que crecemos seguimos aprendiendo. Hoy hemos perdido a una hija, una hermana, una amiga y a una compañera. Estara siempre en nuestros corazones. Sé que tienen razón, era demasiado joven para dejarnos, pero Dios tiene un plan diferente". Las cosas tienen su ciclo y nosotros solo tenemos que resignarnos"—

Siguió hablando el padre frente a la tumba de Eliza. Sentía como mi cuerpo me pesaba, tal vez sea porque tenía días sin dormir o tal vez era porque no había comido nada, o las dos cosas, o también podía ser el dolor que estaba sintiendo. 

Varias personas que no conocía estaban aquí, incluso Kumi, quien había estado aquí a mi lado, pero no la notaba, no notaba a nadie más que solo esa tumba, donde estaban la persona más importante y mi hijo, mi familia que se esfumó como el viento. Todo había sido tan rápido, tanto que no he podido digerir nada. 

Inicio flashback.

Caminaba por el pasillo del hospital como lo había hecho ya esa última semana. Mis piernas arrastrándose por si solas, mis ojos mirando a la nada y caminando como si mi cuerpo conociera el lugar ya de memoria, sintiendo como mi cuerpo parecía muerto en vida.

Mi cuerpo completo se detuvo ante la habitación que tanto reconocía y con todo el pesar del mundo abrí la puerta. Viendo lo mismo de siempre, y con eso llevándome una gran decepción.

Eliza, acostada en esa cama, conectada a miles de cables y siendo ayudada por un respirador, un pequeño monitor sonando a cada segundo que latía su corazón. Pero sabía la realidad, ella jamás despertaría. ¿Por qué?  Porque ella tenía muerte cerebral y nadie jamás habían despertado de eso.

--Que bueno que llegas, los doctores vinieron a hablar hace un momento con nosotros-- la madre de Eliza se levantó del sofá para dirigirse a mí.

En estos días ellos se habían portado mejor conmigo, el dolor que sentíamos ahora mismo era mutuo. Estábamos perdiendo a la persona que más amábamos.

--¿Es hora?-- pregunté, pero esa misma pregunta me la estaba haciendo a mi mismo. No quería, no lo aceptaba.

--Sí, es hora-- pude ver como sus labios temblaban por el inminente llanto.

--Nosotros ya nos despedimos de ella, te dejaremos a solas-- el padre de Eliza sujeto por los hombros a su esposa y la ayudó a salir de ahí.

Ambos salieron dejándome sólo. Estuvo de pie en el mismo lugar por más de cinco minutos, teniendo de fondo el sonido del monitor vital. Me acerqué con lentitud a su cama y tomé su mano.

--Está muy fría -- murmure con pesar.

Y como si esas palabras fueran la clave, mis lágrimas empezaron a salir una tras otra. Sintiendo como mis ojos ardían y mi pecho dolía, no podía respirar.

--Lo siento mucho, en verdad lo lamento mucho-- mi voz salía tan lastimera. --Eliza, ¿por qué tuviste que ser tú y no yo? Tú quien eras una persona tan importante para muchas personas, la vida te arrebató de mi lado, y no sólo a ti, te llevas a nuestro hijo contigo. ¿Por qué decidieron dejarme sólo? -- sonreí con amargura.

Mi llanto parecía no querer parar, me tomé unos segundos para poder seguir hablando.

--Yo debería haberte dicho lo mucho que te amaba, lo mucho que te soñaba todos los días. Lo nervioso que me habías sentir cuando me sonreías... pero es demasiado tarden, ¿no puedo regresar el tiempo? Yo debería haberte dicho todo esto cuando estabas a mi lado, ahora ya es demasiado tarde, no puedo hacer nada, todo lo hice mal, pero aunque se que es demasiado tarde déjame decirte que, eres la mujer a la cual yo amo, yo estoy enamorado de ti de pies a cabeza, te amo y eso jamás cambiará.-- besé el dorso de su mano.--Jamás encontraré a alguien que pueda compararse a ti, porque tú fuiste única, mi hermosa princesa--

Me dejé caer a un lado de su cama y apreté más su mano entre las mías, llorando y mojando su piel con mis lágrimas.

--Quiero irme contigo, llévame y aleja este dolor de mí, perderte es tan doloroso, Eliza, ¿Que haré ahora? No se como seguir, no se como seguir respirando sin que duela--

Levanté la cabeza y me puse de pie de nuevo, mire su rostro. Ella solo parecía que dormía con tranquilidad, incluso los raspones y cardenales que habían en su piel no opacaban su hermosura.

Con mi mano acaricie su mejilla y me incliné un poco, solo para poder besar su frente, pues en su boca había aún un tubo que la ayudaba a respirar.

--Te amo, y siempre lo haré, Eliza--

Fin del flashback.

Ese día había llorado mucho, tanto que me había desmayado en el hospital y había despertado en la cama de mi habitación, Yoongi hyung había estado cuidandome.

Las personas se fueron retirando del lugar poco a poco, incluso los padres de Eliza se fueron retirando también. Yo era el único que estaba ahí, aparte de una chica, que parecía la viva imagen de Eliza, pero con facciones más grandes. La cual se fue acercando hasta mi lugar.

--Eres Park Jimin, ¿Cierto?-- su voz era un poco mas grave que la de ella. --Soy Lisa, la hermana mayor de Eliza--

Volteé a mirarla, pero ella solo veía mis lentes cubriendo mis ojos. Unos lentes oscuros eran mis fieles compañeros ahora mismo.

--No tienes que decir nada, yo solo quería entregarte algo y agradecerte, por todo, por hacer feliz a mi hermana en este tiempo. Ella me hablo siempre de ti, siempre sonando emocionada.-- me entregó una caja de color blanco con pegadizas de mariposas.-- La encontré en su armario, tiene tu nombre, así que ésto te pertenece. Jimin, me llevaré a mis padres a América, ellos necesitan empezar de cero, dejaremos Corea, tú puedes empezar a vivir tu vida, tal vez suene fácil de hacer, pero no lo es. Solo no te dejes caer, a ella no le gustaría verte así, por favor cuídate, por ella, por nosotros--

Ella se acercó a mí y me dio un abrazo, después beso mi frente y se dio media vuelta dejándome sólo. Miré la caja que yacía en mis manos.

Fui a sentarme debajo de un árbol frente frente a la tumba de ella. Abriendo la caja y encontrándome cosas que hicieron temblar mi corazón de nuevo.

Fotos, de ella y mías, donde aparecía yo solo y distraído. ¿Cuando las había tomado? Algunas etiquetas de envolturas de dulces que yo le había comprado y una carta.

Tomé la carta dejando a un lado la caja, con cuidado desdoble el papel.

...