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• Wyatt Oleff pt. 1 •

- Lia ¿Dónde dejaste mi juego? -grité enojada.

- Yo no tengo ningún juego -gritó desde su habitación.

- Tú fuiste la última en meterse a mi cuarto -abrí la puerta de su cuarto.

- ¡_____!, ¿Porqué entras sin tocar? -se levantó rápidamente de su cama escondiendo algo detrás de su espalda.

- ¿Qué traes ahí? -enarqué una ceja.

- N-nada -desvió la mirada.

- No mientas -traté de darle vuelta pero mi intento fue nulo.

- Déjame _____ -trató de liberarse de mi agarre.

- No hasta que me des mi maldito juego -le logré quitar la caja de mi videojuego.

Cuando lo abrí pude ver el pequeño disco todo mordisqueado y rayado.

- ¿Qué fue lo que le pasó? -hice una mueca de enojo mientras sostenía el disco en mi mano.

- Y-yo -mi hermana no sabía que decir.

- Lia Mackenzie Reynolds, ¿Qué le paso a mi disco? -Lia sabía que cuando la llamaba por su nombre completo era porque estaba realmente enojada.

- Pues Charlie quería jugar con algo y como no tenía su pelota le di lo primero que encontré -dijo agachando la cabeza, le dio mi maravilloso juego de Mario Bros a mi perro.

- Pues ahora tu me darás el dinero para ir a comprar uno nuevo -le dije extendiendo mi mano.

- Pero fue Charlie -hizo un puchero.

- ¿Y quién fue la genia que se lo dio? -hablé con sarcasmo.

- Ash bien -puso los ojos en blanco, para después sacar dinero de su cartera y dármelo.

- Gracias, ahora tienes prohibido agarrar mis cosas sin permiso -dije antes de retirarme.

- Ahorita vuelvo mamá, voy por un juego -mencioné desde la puerta de mi casa.

- ¿Y el que te acabas de comprar? -cuestionó mi madre

- Pregúntale a tu hija -respondí antes de irme.

Caminaba tranquilamente por las calles esperando llegar al lugar donde compraría mi vídeo juego favorito. Llegué a la estantería en busca de la pequeña caja que traía tanta felicidad a mi vida.

Cuando logré encontrarlo me di cuenta de que estaba en un estante mucho más alto que yo, traté de alcanzarlo pero mi intento fue inútil. No me iba a dar por vencida tan fácil así que decidí intentarlo una vez más, cuando estaba por alcanzarlo sentí que unas manos se posaban en mi cintura y tomaban el vídeo juego, me giré para ver de quien se trataba, era un chico más o menos de mi edad con muchos rulos en su cabeza y alto.

- G-gracias -me perdí por un momento en su mirada.

- No hay de que -me dedicó un linda sonrisa para luego ver el empaque del juego- ¿Mario Bros eh?.

- Si, es mi juego favorito -dije orgullosa.

- ¿Es enserio? -me miró asombrado

- Si, ¿Porqué? -pregunté.

- También es el mío -levantó la mano dándome a entender que quería chocar los cinco conmigo, acción a la que correspondí.

- Bien, entonces ¿Qué te parece ir a mi casa a jugar un poco? -dije un poco apenada.

- Por supuesto, ¿Te parece bien hoy a las 8:30? -me sonrió.

- Si claro, por cierto soy _____ Reynolds -dije mientras anotaba algo en un papelito.

- Un gusto, soy Wyatt -volvió a mostrar su bella sonrisa.

- Bien Wyatt aquí tienes mi dirección y mi número, nos vemos ahí a las 8:30 -le entregué el papel antes de irme.

- Tenlo por seguro -me dijo de igual forma despidiéndose de mi.

Pasaron unas horas antes de que Wyatt llegará a mi casa, cuando por fin lo hizo lo invite a subir a mi habitación donde pasaron unas cuantas horas más entre risas presumiendole al otro si ganaban, realmente pase una tarde muy agradable con el. Y así pasaron unos cuantos meses en los que el se convirtió en mi mejor amigo, lo que yo no sabía es que mientras más tiempo pasaba con el, más me iba enamorando de el.

-DEVIL BABE