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Erick se colocó al lado de la directora y Joel estaba del otro lado.

La mujer le miró con una sonrisa obviamente fingida.

- Erick quiero que le muestres a Joel su habitación.

Todos en la sala abrieron su boca en señal de asombro. Aquello solo significaba una cosa. Ellos compartirían habitación.

Erick nunca había compartido habitación con nadie porque esa era una de las condiciones de un acuerdo con su padre. Él se quedaría allí sin causar problemas con la condición de que la habitación sería solo para él.

Erick negó rápidamente y miró a la directora

- ¿disculpe? Usted no me ha asignado este trabajo a mi, además no sé que habitación le asignó a este niño.

Joel hizo mala cara al escuchar la palabra niño en referencia a él y la directora al escuchar a Erick desobedecer su orden le miró mal.

- señorito Colón, el joven Pimentel dormirá con usted pese a que ya no hay habitaciones disponibles.

Erick bufó- me está diciendo que no hay habitaciones cuando hay más de doscientas habitaciones aquí?- Erick miró a la mujer cruzado de brazos

La directora sonrió- bien, hablaré con su padre ya que al parecer está irrespetando a una mayor de este lugar y por favor lleve al joven Pimentel a su habitación- la mujer dio una última mirada a Erick y salió de la sala directo a su oficina.

Erick maldijo por lo bajo. No quería a ese chico en su habitación. Mañana mismo llamaría a su padre para informarle que su trato no estaba llevándose a cabo y que si no arreglaba eso entonces que se a tuviera a las consecuencias.

El pelinegro volvió a bufar y empezó a caminar a su habitación no importando las miradas encima de él o que escuchara los pasos de Joel atrás suyo.

Entró en la habitación y se tiró en su cama dando un un gritito de molestia que pronto calló para que Joel no le escuchase.

Levantó la vista y miró a Joel. El chico no tenía ninguna expresión en el rostro.

- ¿qué?- preguntó el pelinegro mientras rodaba los ojos

- está bien, supongo que esa es mi cama- señaló una mucho más pequeña que la de Erick ya que la de este era una matrimonial y la otra era una personal- pero ¿dónde voy a poner mi ropa?

- allí- señaló un armario viejo polvoso que claramente el no usaba.

Joel asintió y caminó hacia el armario abandonado. Erick observó cada uno de sus movimientos para luego quejarse en voz alta

-estúpido chico- habló

Joel sonrió y negó con la cabeza. Estaba en este lugar a causa de problemas y no andaba buscando más en este lugar así que decidió callar.

Erick se acostó a dormir sin importarle en absoluto el chico nuevo.

(...)

Se levantó al siguiente día con todo la pereza del mundo. Escuchó su alarma sonar y se levantó de la cama luego de estirar su cuerpo.

Jadeó al ver a Joel en el cuarto. Anoche se había acostado con la esperanza de que se largara en la noche pero al parecer no fue así.

Bufó y caminó hacia el baño. Salió de allí luego de unos siete minutos.

- creí que te quedarías en el baño todo el día para quejarte de lo estúpido que soy- habló Joel quitándose la camisa

Erick no hizo más que jadear al ver el cuerpo perfecto del rizado. Pero al instante miró a otro lado.

Intentó caminar pero tropezó contra su cama. Casi cayó al suelo pero una a mano hizo que aquello nunca pasara.

Pudo tocar un duro abdomen y pasó su vista por todo el. Pudo ver cada uno de los cuadros allí marcados, subió su vista hasta los ojos café que se encontraban muy cerca de los suyos.

Se vieron por unos segundos pero Erick logró reaccionar a tiempo y se despegó rápidamente.

- l-lamento eso- dijo primera luego caminar a su armario. Debía hablar con su padre lo más pronto posible.

Joel sonrió con picardía luego de que el también saliera del trance. El pelinegro no estaba para nada mal.

Se giró y miró que Erick se estaba cambiando, solo negó con la cabeza y el imitó su acto. Cuando ya estuvo listo salió de la habitación. Era su primer día aquí así que intentaría hacer amigos.

Se fue a la cafetería que un chico sonriente le señaló, sonrió al ver pasar a dos chicos quienes sonrieron coquetos al verlo.

Tomó la comida necesaria para saciar su hambre y se sentó en una mesa alejada, a lo lejos pudo ver a Erick sentado al lado de un chico castaño, el pelinegro sonreía.

Oyó como una silla a la par suya era movida. Miró y vio a un chico alto con rulos sonriéndole.

- parece que alguien decidió sentarse conmigo al fin- habló el chico alto

- ¿tú eres...?- preguntó con cierta pizca de burla

- Zabdiel, soy el hijo de nadie para todos lo que viven aquí- se encogió de hombros

- Joel, hijo de nadie también- ambos sonrieron

- ¿porqué estás aquí? ¿Qué hiciste?

- robé como seiscientas tiendas en seis meses y mi padre de idiota me envío aquí, la verdad no me importa, él me va a enviar dinero y estaré aquí asiendo nada, disfrutando unas muy merecidas vacaciones- sonrió ante ese pensamiento.

- pero dijiste que eras un hijo de nadie, Joel ese termino aquí sólo se usa cuando eres hijo de personas pobres

- soy hijo de nadie porque eso es lo que mi padre es para mi, mi padre es nadie, solo es una estúpida persona que vive para no ser mi vida, por él estoy aquí, en esta estúpida cárcel de cinco estrellas

Zabdiel asintió, por lo menos el chico era sincero, tal vez serían muy bueno amigos

Pure Sex [Joerick]Where stories live. Discover now