Final

4.3K 474 78
                                    

•••••••• UN AÑO DESPUÉS••••••••

Las cosas entre Joel y Erick no habían cambiado. Joel se había dado por vencido hace casi tres meses.

Se dió cuenta que hiciera lo que hiciera Erick nunca lo perdonaría. Yoandri había tenido toda la razón, a Erick le puede más el orgullo que otra cosa.

Joel no se dió por vencido tan fácil. Le rogó mucho hizo muchas cosas por Erick. Le mandó flores, chocolates, tarjetas a diario, decoró su habitación, hizo una cita en la playa a la cual Erick no asistió.

Se rindió.

Erick ya casi estaba a punto de terminar su tiempo en el internado así que ya pronto dejaría de verlo. Para ser sinceros Joel ya no sentía que le hacía tanta falta pero todavía lo amaba pero se había acostumbrado a estar sin él.

Tal vez algún día lo olvidaría. Algún día olvidaría el sabor de sus labios y la perfecta figura que el pelinegro poseía.

El rizado salió de su habitación y caminó por el largo pasillo para llegar a la cafetería. Joel había hecho una pequeña rutina que lo ayudaba a no pensar tanto en Erick.

Se levantaba, iba a la cafetería, traía mucha comida y se encerraba en la habitación, leía todo el día y casi la mitad de la noche.

Funcionaba. No miraba a Erick y no pensaba en él. No se daba cuenta de nada fuera de las cuatro poderes de su habitación y así todo estaba bien.

Pidió su desayuno de siempre y la señora que servía le sonrió.

- ¿todo bien cariño?- preguntó la mujer sin quitar su sonrisa.

Joel le sonrió de vuelta y asintió. La mujer entre cerró sus ojos antes de hablar.

- esas ojeras dicen todo lo contrario- susurró con cierta burla

- oh, es que leo en las noches- habló lo más normal posible

- ya veo, ¿sabes? Algunas cosas los ojos no las pueden ocultar- dijo antes de darle su bandeja y decir "siguiente"

Joel no pudo evitar pensar en las palabras de esa mujer. Caminó otra vez por el pasillo en manera lenta. No llevaba ánimo de nada.

Sintió cómo chocó con un cuerpo. Escuchó su bandeja de comida caer. Levantó la mirada con cierta furia la cual no duró nada al ver la persona que tenía en frente.

Tenía mucho tiempo de no ver esos ojos verdes. Erick maldijo algo que él no logró escuchar.

- Te compraré la comida- murmuró el pelinegro- pero la próxima vez mira por dónde vas- dijo con enojo

- No necesito de tu dinero- Joel le contestó molesto- No necesito de ti- dijo antes de caminar hacia su habitación con el corazón acelerado y herido.

Sin querer una vez más Erick había roto su corazón desde que empezó a conquistarlo de nuevo. Y como siempre Joel nunca se defendía, solo dejaba que lo hiciera a su manera porque él se lo rompió primero.

La única diferencia es que él solo lo hizo una vez. Joel ya perdió la cuenta de cuántas veces Erick lo ha hecho.

Joel respiró profundo para tratar de controlar sus latidos. Una lágrima recorrió su mejilla y el rizado se sentó en el suelo.

Le dolía el pecho. Aunque pareciera imposible ya estaba acostumbrado, este año había sido de llorar todas las noches por él.

El año estaba por terminar. La navidad estaba cerca, solo faltaba una semana. Joel quería ver a su hermana pero no iba a ser posible. No tenía permiso de salir de lo reformatorio.

Escuchó su teléfono sonar en alguna parte de su habitación. El sonido venía del armario así que se dirigió allí.

Su hermana lo llamaba.

Contestó la llamada y suspiró. No le gustaba hablar con ella cuando se sentía así porque no la quería preocupar.

- ¡Joel, muchas gracias! ¡Te amo mucho! ¡Eres el mejor hermano del mundo!- gritó ella desde el otro lado de la línea

- ¿pasa algo? ¿Qué? ¿Qué hice?- preguntó confundido

- No te hagas el bobo, sé que fuiste tú, gracias, nunca imaginé que lo darías, en serio, muchas gracias

- No entiendo- habló Joel aún confundido

- Joel, ¿de dónde sacaste el dinero para cómprame ese auto?, es de último modelo y...

- ¡¿qué?! ¿Auto? ¿Último modelo?!- gritó Joel asombrado.

Eso definitivamente no era un regalo suyo. Joel solo tenía dinero para un peluche pequeño. Imposible que le regalara un carro nuevo a su hermana.

- Jas, peque, debo colgar, ven a visitarme por favor- susurró antes de colgar.

Joel ya sabía quién le había dado ese regalo a su hermana.

Sus pasos eran rápido pero es que no podía quedarse con las palabras atoradas. Erick sabría lo estupido que era.

Tocó la puerta del pelinegro con fuerza. No pasaron tantos segundos antes de que el rostro de Erick apareciera.

- ¿quién te crees? ¿Por qué le diste ese regalo a mi hermana? ¡No tienes derecho! ¡No te lo hemos pedido!- gritó con furia

Joel había prometido a él mismo no depender de Erick y nunca volver a hablarle. Esta era una emergencia.

- el regalo era para ella, el tuyo todavía no llega, está en camino- Erick habló calmado, Joel rodó los ojos y bufó.

- ¡No quiero nada tuyo! ¡¿No entiendes?! ¡Basta! ¡Solo vete, espero que el poco tiempo que te queda aquí se vaya rápido!

Fue lo último que dijo antes de irse corriendo a su habitación.

Ahora él estaba molesto con Erick. No importaba lo estupido que había sido, él ni su hermana merecían nada de él. Erick solo quería demostrarle que él tenía todo mientras Joel no tenía ni donde caer muerto.

Todo se había ido a la mierda. Ahora ya definitivamente.

Pure Sex [Joerick]Where stories live. Discover now