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Erick llamó a Chris lo más rápido que pudo. Hace rato no quería estar con él pero ahora lo necesitaba más que nunca.

- ¡te juro que él me besó!- gritó desesperado

Chris levantó una ceja y luego suspiró

- te creo pero no te parece raro todo esto... Es como si él quiere algo más

- ¡no lo sé!- el pelinegro estaba irritado con toda la situación- ¿qué quieres que haga? ¿Qué me aconsejas?

- si él quiere jugar porque no le sigues el juego y hasta puedes darle una muy merecida lección

Erick le miró confundido. ¿Acaso su amigo estaba hablando de seducir a Joel?

- ¿qué quieres decir?

- juega con él, demuestrale que nadie se mete contigo que si él quiere jugar sucio tú también puedes

Erick asintió y sonrió. No era tan mala idea.

Se despidió de Chris y se dirigió al baño. Debía pensar muy bien como iba a hacer todo aquello sin correr ningún riesgo.

Suspiró, estaba cansado. Salió del baño y encontró a Joel sin camisa.

Diablos, la vida no le ayudaba en nada.

El rizado pareció notar su presencia porque sonrió.

- Erick...- habló con voz ronca

Su sangre se congeló literalmente al escucharlo. No esperaba aquello, eso era jugar sucio.

- Joel...- también habló metiéndose en su cama para descansar- que descanses- se acomodó en su cama tapándose con la cobija

Intentó cerrar sus ojos y no pensar en nada pero era imposible porque los recuerdos del beso vivido hace unos minutos no lo dejaban en paz.

Suspiró y miró al techo. Escuchó un ruido proveniente del armario de Joel pero no le dio importancia, no le interesaba nada del rizado.

- ¿crees que me queda bien el blanco?- preguntó de la nada el rizado

Erick frunció el ceño y miró el dirección al rizado quien solo estaba tapado por un bóxer, blanco

Erick tragó grueso, estaba odiando dormir en esta habitación ahora pero más odiaba el bulto que se empezaba a levantar en su entrepierna.

Bufó y cerró sus ojos de nuevo. No quería ver a Joel. Por lo menos no hoy, ni mañana ni nunca. Estúpido chico.

Sintió un peso extra en su cama y abrió sus ojos de nuevo, bufó al ver a Joel acostado a su par

- ¿qué crees que haces?- levantó una ceja claramente molesto

- no recibí respuesta así que vengo a buscarla- sonrió y miró los labios de Erick sin ningún descaro.

Los nervios se hicieron presentes en Erick. No mierda. No otra vez.

- no te miras bien con ningún color, ¿contento? Puedes irte- se dio media vuelta para dejar a Joel a su espalda. Fue una muy mala idea.

Sintió unas grandes manos pocisionarse en su cadera. Jadeó de sorpresa, quiso darse vuelta para encararlo pero no pudo porque el agarre se hizo más fuerte y Joel lo presionó contra su cuerpo para que no pudiera moverse.

- Joel, s-sueltame- trató de sonar fuerte pero fue imposible

Sintió los labios húmedos de Joel besar su hombro. Cerró los ojos casi por instinto, sin querer su cuerpo reaccionaba ante el tacto de Joel.

El pelinegro pudo sentir como la erección de Joel iba creciendo. El rizado en un acto rápido pudo pocisionarse arriba de Erick.

Miró sus labios de nuevo sin ningún descaro para luego morder el suyo

- eres lindo Erick- besó su cuello. Erick no sabía que hacer, nunca se había encontrado en una situación como esta. Lo estúpido de todo es que si hubiese sido otra chico lo hubiese hecho pagar desde el momento en que agarró su cadera pero mierda era Joel.

Erick suspiró al sentir los besos de Joel bajar por su abdomen. No estaba mal, el rizado sabía como complacer al pelinegro.

Joel subió la vista y pudo ver los ojos de Erick, estaban dilatados. Sonrió para luego acercase a su boca, estaba loco por probarlo otra vez pero esta vez no solo probaría sus labios si no también lo haría suyo.

Besó sus labios, los devoró sin ninguna piedad, mordió el labio de Erick fuertemente, quería dejar huella para que todos supieran que ese chico ojos verdes solo era suyo.

Pudo probar el sabor metálico de la sangre entre el beso y sonrió. Erick gimió al sentir la mano de Joel bajar hasta su pene ya erecto.

El rizado metió la manos para agarrar el miembro del contrario. Erick movió las caderas sin poder evitarlo provocando que Joel bufara.

- eres una putita necesitada- el rizado susurró en su oreja provocando que un gemido saliera de Erick siendo esa su respuesta.

Joel quitó la ropa que cubría al pelinegro bajo suyo fácilmente. Lo tenía desnudo frente a él, así lo quería tener desde aquel día que lo escuchó gritar de enojo cuando él vino a meterse en su habitación.

- te he tenido unas putas ganas desde el primer momento que te paraste tímido frente a todos en la sala, joder Erick eres tierno y caliente al mismo tiempo

Joel empezó a masturbar el miembro del pelinegro quien no respondía porque el rizado no lo dejaban así que solo podía gemir.

Los gemidos de Erick eran fuertes, así lo quería Joel para que todos supieran que ellos estaban cogiendo.

Paró de masturbar a Erick y metió un dedo en el agujero del otro sin avisar sacando así un pequeño gritito de Erick

- sé que así te gusta pequeña putita, así sin piedad ¿sabes como lo sé? Porque sé que eres de esas perras que les gusta que les den duro

Erick solo miró los ojos dilatados del rizado y sabía que él también lo estaba disfrutando porque ya tenía tres dedos dentro de él y Joel los movía rápidamente.

El rizado sacó sus dedos par luego lamerlos, sonrió y besó a Erick para que se probara el mismo.

Joel alineó su miembro contra la entrada de Erick y lo introdujo lentamente. Erick gimió al sentirlo, era grande porque pudo sentir sus paredes ser abiertas al máximo.

Joel cerró los ojos al sentir a Erick tan estrecho, jadeó al sentir lo caliente del cuerpo contrario envolverlo.

Esperó un momento para poder moverse provocando así que Erick clavara sus uñas en su espalda y brazos, al parecer Erick no era el único que amanecería marcado mañana.

Erick nunca había experimentado un sexo tan salvaje como el que Joel le estaba dando ahora. Era como si el rizado quisiera destrozarlo en cada embestida pero soportaba solo por oírlo gemir cada vez que se hundía profundamente en él.

El pelinegro sintió los espasmos del orgasmo llegar a él y al parecer a Joel también por que sus embestidas se hicieron más rápidas.

Tal y como Erick había pensando, vio su liquido caliente recorrer su abdomen y el de Joel, también sintió el liquido de Joel dentro de sí, era el mejor orgasmo de su vida, sonrió victorioso al ver sangre salir se los brazos de Joel y apostaba que su espalda estaba igual o peor.

Pure Sex [Joerick]Where stories live. Discover now