Pure Sex [Joerick]

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Erick estaba tomando una larga ducha porque hoy fue un día muy agitado ya que había tenido que hacer muchos papeleos para su empresa.

Su padre aún no sabía que él era el dueño. Su pobre padre solo sabía que alguien anónimo había comprado todas las acciones de la empresa.

Sonrió al recordar la cara que hizo el viejo al saber que la empresa ya no era suya. Recuerda que lo había llamado casi llorando diciéndole que había quedado en la calle.

Erick se consideraba una persona orgullosa pero igual no tenía un mal corazón así que con su representante mandó a decirle a su padre que el dueño le dejaría llevar a cabo su papel como presidente si prometía no fallarle. Su padre aceptó sin titubear.

Le estaba encantando tener el control de las cosas. Nunca imaginó que se sentía así de bien.

Salió del baño con una toalla envolviendo su cintura. Miró todo alrededor, la habitación se sentía vacía sin aquella cama extra.

Tal vez lo extrañaba pero no dejaría que volviera a suceder. No volvería a caer en ninguna estupidez de amor.

Abrió el closet y buscó su ropa. En realidad pasó mucho tiempo viendo el armario. No sabía por que pero sentía la necesidad de verlo.

Suspiró y sacó una playera negra. Hoy saldría, tenía que conducir su auto y comprar un café en cualquier lado.

Miró la cama por última vez antes de decidir ponerse la ropa. Iba a quitarse la toalla cuando escuchó la puerta ser abierta.

Ladeó la cara para ver quien era ya que la puerta del closet no lo dejaba ver.

- ¿Erick?- era Joel. Él estaba allí.

Erick bufó y miró al rizado con enojo.

- ¿qué haces aquí? No puedes entrar a mi habitación, niño- habló molesto

- quiero hablar contigo, yo sé que no quisiste escucharme pero creo que es hora que...

- mira, tal y como le dije a tu amigo, haz una cita en la dirección y entonces hablamos. Por favor, ahora sal por qué tengo que cambiarme, tengo cosas muy importantes que hacer

Erick señaló la puerta para que el rizado saliera pero Joel cerró los ojos con furia.

- ¡No me trates como si no me conocieras! ¡Odio esto! No quiero estar así contigo

Erick le miró de pies a cabeza antes de sonreír burlón.

- debiste pensarlo antes , ¿sabes qué? No tengo tiempo, como ya te dije, tengo cosas que hacer- Erick volvió a señalar la puerta y se giró para poder ver su ropa

El rizado maldijo bajo y se acercó al pelinegro tomándole de la mano.

- vas a escucharme, me vale mil cojones de mierda que tengas que gobernar a toda una empresa

La mano del rizado apretaba ligeramente su muñeca pero igual le dolía.

- suéltame, no quiero hablar contigo- murmuró Erick con la quijada tensa

- bien, pero yo si quiero hablé contigo y eso es más que suficiente- dijo antes de empujarlo a la cama para que se sentara- No intentes nada estupido por que no quiero lastimarte

Erick apretó sus manos formando un nudillo. Joel era tan estupido.

- Erick, no quiero que estés molesto conmigo...

- ve al maldito punto, no quiero escuchar estupideces- murmuró con la furia eminente en su tono de voz

- al principio si lo hice por la apuesta pero después me enamoré de ti, cuando dormí contigo por primiera vez me di cuenta que te quería tener así toda mi vida, no quise lastimarte

- me vale madres, ya lo hiciste, no hay remedio- dijo con ironía- acepta que en realidad nunca fuimos nada, yo ya lo acepté- dijo antes de levantarse y tomar la ropa para meterse al baño y cambiarse allí.

Joel suspiró sentándose en la cama. Iba ser mucho más difícil de lo que pensó pero tampoco se rendiría.

Le iba a demostrar a Erick que la apuesta solo había sido el incentivo para acercase a él. Joel se enamoró de Erick cuando lo vio maldecir al ser llamado por la directora.

La forma en la que el pelinegro lo trató le encantó. Le gustaron sus ojos que brillan al escuchar palabras bonitas, le gustó como a Erick le encanta hablar sobre lo que le gusta.

Le encanta Erick completo. Nada en Erick tiene una imperfección. Erick es perfecto y nadie puede decir lo contrario. Erick, su Erick es perfecto.