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Cerró la puerta de la habitación de su padre.

Una lágrima cayó por su mejilla antes de que la pudiera contener.

Suspiró para luego salir lo más pronto de ese lugar.

Condujo hasta la pista. La que su padre había mandado a hacer.

Daba vueltas por ella a máxima velocidad. Le encantaba abrir las ventanas para recibir el aire que lo revivía.

Un mensaje cayó en su celular. No le hizo caso. Ahora no estaba para nadie.

Manejaba con la vista nublada. Sus manos apretaban fuertemente el timón, pero que importaba, nada importaba.

Tal vez algún día las personas dejaban de fallarle. Tal vez algún día ya no se sentiría tan vacío.

Detuvo el auto de golpe haciendo que las llantas rechinaran en el cemento.

Golpeó el timón repetidas veces. Salió del auto con las lágrimas rodando por sus mejillas mientras mordia su labio inferior en un intento vano por calmarse.

Pegó patadas a las llantas delanteras. Estaba enojado con él mismo.

Había prometido protegerse el mismo y ahira estaba protegiendo a una persona de la cual creía le gustaba.

Nunca quiso mezclar el amor en su vida por eso estaba sólo.

Hasta que Joel llegó.

Estúpido chico de sonrisa perfecta, ojos café brillantes con labios a sabor dulce.

Entró al carro de nuevo después de que la rabieta había pasado.

Regresó al internado. Muchas miradas se dirigían a él, sería porque su ojos estaban rojos o porque llegó  mojado ya que a medio camino empezó a llover.

Entró a su habitación. Joel estaba allí.  Sentado con cara procupeda pero al verlo se levantó rápidamente hacia él.

- Erick...- habló mientras lo cubría con sus brazos

Erick sólo negó y se abrazó más fuerte a él.

- no llores, mierda...- Joel lo sentó entre sus piernas. A este punto Joel ya estaba sentado en el suelo- ...prometí cuidarte y en el primer descuido te vas y apareces empapado

El rizado acariciaba la cabeza del pelinegro con cuidado de no moverlo.

Erick se había quedado dormido en sus piernas.

Ya era casi media noche. Erick había llorado mucho. Joel podía observar sus ojos inchados a causa de las lágrimas.

Se sentía inservible, Erick se había ido a enfrentar a su padre y él no hizo nada. Sólo se quedó  esperando al pelinegro.

Era una mierda de persona. Nunca podía cumplir nada de lo que prometía.

Erick sólo era otra víctima de su estúpida vida.

Verlo así dormido entre sus brazos le daba inmensas ganas de nunca lastimarlo. Eso era algo imposible. Él siempre lastimaba a las personas, a veces ni él mismo se daba cuenta cuando lo hacía.

Colocó a Erick en la cama dándole un beso antes de acostarse a su lado.

- lo prometí, pero... sólo no puedo evitarlo, todavía no te haz dado cuenta pero cuando lo hagas me odiarás porque nunca he sido bueno.

Besó el cuello del pelinegro antes de meter su manía en él.

- ¿sabes? Antes de conocerte nadie podía detenerme pero... hoy hasta mi demonios se quejan que contigo me he convertido en un ángel... solo espero que me perdones cuando te des cuenta.

Joel suspiró y se rodó para alejarse de él. Erick había cambiado todo el su miserable vida y él sólo le iba a pagar con dolor y lágrimas.

Joel era estúpido.

Nunca aprendió a amar.

Y tal vez nunca lo haría.

Entre pensamientos se quedó dormido. Era la única forma donde se encontraba metido en bruma de dolor y soledad.

Sin darse cuenta le estaba haciendo daño a Erick y a él mismo porque aunque lo negara  él sabía que Erick ya tenía su corazón.

...

El ojiverde abrió los ojos y miró a su lado. Joel lo estaba abrazando.

Sonrió sin poder evitarlo, el rizado era muy especial para él.

Quizás hoy le diera la oportunidad de ser algo más que alguien con quien coge.

Joel le había mostrado que era una persona incondicional.

Le acarició el cabello antes de depositar un beso en los labios del contrario.

- si estuvieras despierto sería mejor- susurró

Joel se removió y sonrió al ver a Erick observardolo

- ya desperté, ¿para qué me querías?

Erick abrió un poco sus ojos antes de pegarle levemente el el hombro.

- ¡ya estabas despierto! ¡Bandido!- hizo un puchero

Joel rió antes de tirarse encima de Erick. Lo besó.

Se sentía jodidamente bien tenerlo así, con la respuración agitada y con su entrepierna rozando la suya.

Definitivamente Erick era lo mejor que le había pasado en la vida.



Chamas estaba en vacaciones y pues me la pasé en la playa todo el puto día y por eso no había escrito.

SIENTO QUE ESTE CAPÍTULO ES MUY BIPOLAR

Pure Sex [Joerick]Where stories live. Discover now