Capítulo 46

1K 51 2
                                    

Ayer por la noche cuando subí, eran las 12 de la madrugada, no quería subir a mi cuarto y encerrarme en la oscuridad bajo cuatro paredes y sentir como me consumían lentamnte por todo lo que había ocurrido, sabiendo que con el dolor que me invadía ahora no podía ir corriendo hacia la casa de Sara para consolarla y así estar juntos para sobrellevar esta primera prueba en nuestra relación, sin añadir las ideas que tenía mi mamá.

Son las 6:00 am, he puesto alarma en el reloj de la mesita de noche, como pude me levanté para darme una ducha y quitarme el olor a muerto que me comenzaba a invadir. Al entrar a la ducha siento como recorre la tensión, el agua caliente sobre mis hombros causan efecto en mi de inmediato. Llevo mi mano a la zona para empezar a darme un masaje, luego tomo la esponja llena de jabón, dando movimientos circulares, primero un hombro, luego el otro. Al bajar los movimientos llegué a las costillas, donde había más concentración de dolor; repetí el procedimiento.
Salí de la ducha, tenía la toalla sobre la cintura, fui al armario donde saqué mi ropa interior, no tenía ánimos para nada, así que me vestiría con una playera cuello redondo color negro y pantalón de mezclilla del mismo tono, con uñas teñías de bota azules; había terminado de vestirme, solo me faltaba la loción. Me acerqué al espejo que estaba frente a mi cama y arreglé un poco el cabello. Al salir del cuarto cerré la puerta de este, aún no se escuchaban ruidos abajo, por lo que supuse que seguían dormidos.
Una vez abajo fui hasta el patio para ver a Alaska, desde el día en que había salido del hospital ya no tenía complicaciones de ningún tipo, eso era muy bueno, porque no me gustaría otro susto como el de hace algunas semanas; abrí la puerta y aparece corriendo Alaska, sale de su casa.

-Hola hermosa, ¿Cómo has estado?- me inclino un poco para acariciarle la cabeza, al sentir mi tacto, se levanta quedando en sus patas traseras, moviendo su enorme cola.

-Se ve mejor que hace unos días- dice mi papá, está parado en el ventanal viéndome.

-Si, es lo que estaba pensando- me enderezo para limpiar el desastre que siempre hace Alaska; le vuelvo a poner agua dentro de su bote, luego tomo las croquetas y le lleno su plato. Cuando he terminado de hacerlo, entro de nuevo a la casa, me lavo las manos; llega a mis fosas el olor de comida recién hecha, son unos huevos revueltos con jamón. Me paro a un lado de mi papá en la cocina y prendo la cafetera, abro la tapa y meto el café de grano, luego vierto agua.

-Está listo el desayuno- comenta mi papá, camino buscando los platos para el desayuno, los dejan a un lado de la estufa, mi papá los toma y comienza a servir en ellos; el café está listo, tomo dos tazas y las sirvo.- Tu mamá no tarda en bajar- hago un gesto- por favor no tomes tan a pecho lo que dice tu mamá, solo quiere lo mejor para ti y yo también. Pero te prometo que voy a hablar con ella y trataré de que cambie de opinión con respecto a tu relación, porque a mi me cae muy bien Sara, es una niña muy linda.

-Gracias papá y por cierto, de casualidad ¿no has visto mi teléfono?, lo he buscado desde ayer y no lo veo por ninguna parte.

-No, no lo he visto. ¿Crees que lo perdiste?

-Creo que mi mamá lo ha tomado para que no hable con Sara, aunque me duele pensar, me imagino que así es.

-No pienses en eso, que te parece si saliendo de la consulta vamos a la telefonía y compramos uno.

-Es una buena idea, crees que puedas prestarme tu teléfono para hablarle a la Sra. Ross y pedirle el número de Sara, por favor.

-Si, por mi está bien- seguimos desayunando, más tarde habían llegado Kayla junto con mi mamá. Tomaron el desayuno y se sentaron junto a nosotros. Seguimos en un tranquilo silencio, escuchando la lluvia caer, había amanecido nublado.

-Es hora de irnos- dijo mi papá- quién no esté en el auto durante los próximos 5 minutos se queda en casa- me levante del comedor para dirigirme al baño y cepillar mis dientes; termino y voy al auto; una vez todos arriba comienza el recorrido hacia el hospital.

Tan sólo una mirada #Wattys2018Where stories live. Discover now