Son mejores que los amarillos, mucho más grandes y me recuerdan a ti cuando tenías el cabello teñido de rojo, parecías una pequeña y linda cereza
Ayer logré formar un grupo para el show de talentos, son personas geniales, pero no tanto como yo, por supuesto
Si participaras, ¿verdad? Ansío demasiado escuchar tu voz cantar
Hmm... mi amigo me está apresurando, ugh
Adiós, chico bonito ♡
—J.
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—¿Es en serio? ¡Oh por Dios! —Jisung y Felix comenzaron a saltar mientras se abrazaban, llamando la atención de las personas a su alrededor. Se encontraban en el patio de la escuela, sentados -en realidad, solo Seungmin estaba sentado- debajo de uno de los tantos árboles que había.
—No es para tanto... —Seungmin se encogió en su lugar, no esperaba aquella reacción tan exagerada.
—¿Cómo de que no? —Han dejó de saltar y le miró— No cantas en público desde esa vez en primaria.
—Mi madre sólo exagera.
—¿Exagerar? —ahora fue turno de Felix para dejar de saltar— La señora Kim nos mostró el video completo; saliste corriendo a media canción.
—Solo fue un poco de pánico escénico. —la incomodidad en su voz de muy notable— Cambiemos de tema, ¿Qué hay de ti, Felix? Nos contaste que te pidieron participar en una coreografía. —intentó cambiar el tema, lográndolo rápidamente. Apenas el rubio escuchó aquellas palabras, sus ojitos brillaron y no pudieron callarlo, incluso continuó hablando después de que diera la hora para regresar a clases.
Seungmin había participado en un recital de primavera, había sido escogido para cantar una canción en solitario; pasó semanas ensayando, puso todo el esfuerzo que un niño de su edad podía para que todo saliera más que perfecto.
El día del recital llegó. Al inicio estaba muy confiado, pero después de que desafinara y varias personas se burlaran, entró en pánico y salió huyendo hacia los baños, tropezando con sus propios pies en el trayecto.
Muchos pensaban que era muy estúpido que gracias a una mala experiencia en su niñez se negara a participar en cualquier cosa que tuviera que ver con estar ante un público, en especial si se trataba de cantar.
Pero para Seungmin no era estúpido, siempre había sido muy tímido y frágil; tuvo pesadillas relacionadas a esa experiencia durante casi toda una semana.
Las burlas.
La multitud señalándolo.
La mirada preocupada de su madre.
La decepción en el rostro de la profesora.
La forma en la que aquel chico que admiraba en ese entonces le observaba fracasar.
Ya era hora de superar aquel pánico.
Quería demostrarles a las personas que podía cantar frente a un público.
Quería mostrar su hermosa voz.
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