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¡Hey, chico bonito!

Estamos tan cerca, pero a la vez tan lejos

A veces solo quisiera estirar mi mano para tomar la tuya

O tomar tus mejillas para besar tu frente

O simplemente admirarte de cerca por horas 

Pero no puedo, porque creerías que es extraño y no nos conocemos tan bien

Algunas veces no me basta con solo verte de lejos

—J.

—Yo sigo pensado que habría sido mejor irnos en autobús

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—Yo sigo pensado que habría sido mejor irnos en autobús. —Jisung se quejó, su mochila se arrastraba en el suelo y su espalda estaba curvada, todo eso era parte de un -muy mal- intento de lucir cansado.

—Caminar es más saludable. —la brillante sonrisa de Jeongin le hacía lucir más adorable de lo usual— Nos ayuda a mantenernos en forma.

—Yo estoy en forma. —Jisung se enderezó con el ceño y labios fruncidos.

—Forma casi circular. —se burló el menor de todos, apretando las rellenas mejillas de Han antes de comenzar a correr, porque un muy indignado Jisung le perseguía.

—¡No me muerdas! —gritó Jeongin aún corriendo.

—¿Puedes recordarme por qué soy amigo de ellos? —preguntó Felix hacia Seungmin, colocando su mano sobre sus sienes y frotándolas un poco.

—Porque los amas y tu vida sería muy aburrida sin ellos. —Seungmin sonrió, dando leves palmaditas en la espalda de Felix.

—¿Falta mucho? —Allen, quien caminaba detrás de ellos, preguntó.

—No lo sé, yo nunca he ido a casa de Jeongin, pero Felix sí.

—Solo caminamos una cuadra más, doblamos en la esquina y llegamos. —indicó— Pensé que eran menos perezosos. —rio, viendo como Jeongin y Jisung se perdían de vista al girar en la esquina.

Continuaron caminando, hasta finalmente dar con el hogar de los Hwang. La casa no era grande, pero lo era más que el promedio; el color blanco combinaba demasiado bien con el verde el pasto del pequeño patio delantero, y la puerta de madera lucia bastante elegante al final de un lindo y decorativo camino de piedras. Del balcón del segundo piso, colgaban unas plantas con abundantes y largas hojas, todo se miraba muy bien cuidado.

—Dejen sus zapatos junto a la puerta antes de entrar. —indicó Jeongin mientras retiraba sus propios zapatos y los colocaba ordenadamente al lado izquierdo de la puerta.

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