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Seungmin caminaba con tranquilidad a un lado de Allen. No quería decir nada, porque, aunque sabía que Allen era feliz por el regreso de Hyunjin y Jeongin, estaba un poco dolido por lo recién sucedido con Chan y el menor.

Allen solo necesitaba encontrar a la persona indicada para olvidar todo ese tema.

Sintiendo su pecho quemar con nerviosismo, observó a Hyunjin a lo lejos, sentado en una de las bancas de del estacionamiento del colegio. Se habría detenido a analizar aquel sentimiento de emoción y calidez que inundó su cuerpo si no tuviera demasiadas cosas en su cabeza.

—Ve tú con él, yo tengo clases en este momento, y voy tarde. —el mayor le dijo dándole pequeñas palmadas en el hombro— Nos juntaremos todos a la hora del descanso, si es que no se van antes. —y sin decir más, se fue. Dejando a Seungmin con un debate mental entre si solo acercarse con tranquilidad o correr hacia Hyunjiny abrazarlo.

Sus mejillas ardieron ante la sola idea de escoger la segunda opción. Sería raro e incómodo, pensó sacudiendo la cabeza con nervios antes de caminar hacia Hyunjin.

—Hyunjin... —murmuró con duda, aún no se sentía del todo cercano al chico, y le ponía aún más nervioso pensar en aquella vez que se acurrucaron en uno de los salones.

—Seungminnie. —Hyunjin se volteó con sorpresa y lo miro con sus enormes y oscuros ojos— Seungmin. Oh, Seungmin. —el azabache se levantó con brusquedad e inesperadamente atrapó a Seungmin en un abrazo.

Como era de esperarse, Seungmin no sabía que hacer, ni dónde colocar sus manos o qué decir. No esperaba aquella acción en absoluto. Pero vamos, que era la primera vez en semanas que se sentía querido por alguien más que sus mejores amigos y Heejun.

Con duda alzó sus brazos y los posicionó en la espalda de Hyunjin. Todo era tan cálido, que no podía evitar sentir su corazón latir fuertemente.

Hyunjin causaba ese efecto en él. Lo confundía tanto. Tanto como J. Hyunjin por alguna razón le recordaba tanto al chico de las notas, y eso asustaba a Seungmin. Porque se sentía nervioso al leer las notas de J y al estar alrededor de Hyunjin.

Pero ¿Quién no se sentiría así al lado del gran Hwang Hyunjin? Tenía una belleza natural que hacía que todos cayesen enamorados, un carisma inigualable que lo hacía brillar y sobresalir sin siquiera mover un dedo, y, aun así, era una persona con sentimientos tan puros como la luz y sinceros como ningún otro, no existía ni una sola pizca de hipocresía en sus acciones. Todo en Hyunjin te hacía preguntarte si él en verdad era real.

Y Seungmin no era ciego, disfrutaba de ver a Hyunjin a lo lejos desde hace mucho tiempo, pero nunca había tenido la confianza suficiente como para hablarle. No merecía si quiera ser amigo de alguien tan genial y popular como lo era Hyunjin, era tan poca cosa a su lado.

En realidad, se sentía poca cosa al lado de cualquiera.

—Seungmin, no tienes que llorar. —la dulce voz de Hyunjin interrumpió sus pensamientos. ¿En qué momento había comenzado a llorar? ¿Por qué lloraba exactamente?

—P-perdón, no sé qué me sucede. —Seungmin bajó su mirada avergonzado.

—Está bien, no tienes que disculparte, yo también te extrañe mucho. —¿lloraba porque había extrañado a Hyunjin?— Sonríe, tienes una de las sonrisas más lindas que existen. —el menor lo miró con incredulidad, Hyunjin acababa de decir que tenía una sonrisa linda.

Sin querer, sus labios se curvaron en una sonrisa avergonzada pero sincera.

Hyunjin se sintió derretir.

—No creo que eso sea cierto. —las manos de Hyunjin tomaron sus mejillas y las apretó— ¿Q-qué haces? —los ojitos de Seungmin se abrieron de par en par y miró a Hyunjin sonreír, oh, dios, le estaba sonriendo.

Solo estoy... sintiendo la calidez de tus mejillas. —la voz de Hyunjin era ahora unos tonos más bajos— Están muy calientitas. —¿de quién será la culpa? Pensó Seungmin.

—Tus manos están heladas, por eso las sientes cálidas. —Kim retiró las manos de Hwang de su rostro y las apretó entre las suyas— Vamos adentro, no está tan fresco ahí.

Ambos chicos caminaron a paso lento hacia dentro del colegio. Seungmin nunca soltó las manos de Hyunjin, porque en verdad estaban heladas a pesar de que el clima no era muy fresco. Se sentaron en el suelo del pasillo, no tenían muchas ganas de caminar.

—Ustedes sufrieron mucho estas semanas, ¿verdad? —preguntó de repente el menor, sorprendiendo a Hyunjin— Si no quieres contármelo está bien. —Seungmin se alarmó al ver la cara afligida de su mayor.

—No es eso, es... muy complicado. —suspiró, mirando los curiosos ojos de Seungmin.

—Lo entiendo por completo, no te sientas presionado. —palmeó la rodilla de Hyunjin sonriendo con una calidez que hizo al mayor querer besarlo ahí mismo— Todos necesitamos nuestro espacio.

—Gracias por comprenderlo. —Hwang miró el suave cabello de Seungmin y un pequeño mechón fuera de su lugar llamó su atención— Qué tierno. —dijo antes de llevar su mano derecha a las brillantes hebras castañas del contrario y acomodar aquel adorable mechón— Eres muy tierno, Seungmin.

Seungmin no sabía que decir, pero entre balbuceos agradeció el cumplido.

Hwang Hyunjin le había llamado tierno. A él. Esto era algo que no iba a superar ni en mil años. Agradecía al cielo que no pudiera leer sus pensamientos, porque en ese momento se encontraba gritando como cuando cantaba los fanchants de DAY6.

Si eso era un sueño, no quería que lo despertaran.

(Corregido: 2021

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(Corregido: 2021.11.28)

¡hey, chico bonito!Where stories live. Discover now