Rey Demonio

39. Verdades

Reik-Mi Tormenta Favorita

Maximiliano intentó acercarse a mí para limpiar las lágrimas que salieron pero me aparte antes de que lo hiciera soltando la puerta.

—no tienes porque sentir vergüenza ante mí, eres mi luna...

—no Maximiliano...Ya me canse de tu compasión hacia mí, hice mal ¡cometí el mayor error! ¡ya me canse de que estés junto a mí cada vez que te necesito cuando yo solo te doy la espalda cuando tú me necesitas! ¡Soy una estúpida Maximiliano! No te merezco...—grité mientras mi voz se apagaba, las lagrimas salían sin querer detenerse, Maximiliano entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él—vete Maximiliano... Por favor...

—no, ahora me escuchas tú a mí...—se acerco a mí mientras acunaba mi rostro en sus manos.

—vete...

—no Emily, los dos estamos cansados, cansados de que cada vez que estamos juntos nos separen ¡yo ya me harte de eso!... Incluso tú nos separaste—sentí mi corazón oprimirse dentro de mí, cerré los ojos para intentar parar las lágrimas—mírame Emily—negué, ya me canse de llorar—Emily mírame...

—por favor vete...

—¡mírame Emily!—gritó asustando—¡que no entiendes que lo único que quiero es estar contigo!—abrí los ojos mientras miraba como se calmaba—permite estarlo, déjame estar a tu lado...

—no...No es tan simple...—dije mientras me dejaba caer sentada en la cama.

—¿dime una razón?

—Alan...—dije sin pensar lo que decía.

—lo amas—aseguró si preguntar—¿él es la razón...? ¡responde Emily! No me tortures con tu silencio....

—no Maximiliano... Cuando pensaba estarlo ocurre esto—señalé mi herida —pero por él me aleje de ti, por no ser fuerte me separe de ti una vez más...

—no lo amas ¿si no lo amas porque estabas con él?...—esa era la pregunta que siempre me hacía, al pensar un futuro con Alan pensaba transformarlo, mientras que con Maximiliano era diferente, quería proteger a Maximiliano de un mundo que yo deteste, no quería que sufriera por mí, con Alan era diferente, él no me importaba, era mi mate y lo sé, era verdadero.

—por ti...

—¿que?

—quiero alejarme de ti....—dije sentándome en mi cama. 

—Emi...—se arrodillo ante mí para levantar mi rostro—explícame ¿porque quieres alejarte?

—por ti, por tu bien Maximiliano, tal y como tú me protegiste yo lo haré contigo... No importa si eso significa que tenga que alejarme de ti.

—¿te alejaste de mí para protegerme?—preguntó levantándose, empezó a reír, no entendía el motivo de su risa, al levantar la mirada Maximiliano reía pero su risa contenía algo más, lagrimas de desesperación abarcaban sus ojos y la risa era frustración—¡no me protegiste! ¡Me hiciste sufrir!

—¡lo sé! !¿acaso crees que no doy cuenta?! ¡estar juntos es un problema!

—¡estar separados lo es...! Detente Emily, detente de separarnos, yo ya no lo haré, cometí un gran error al alejarse la primera vez que te vi, ver nuestras miradas perderse, ver tus ojos sentir dolor al dejarte... Yo ya no volveré a alejarte. 

Deje de esconder mi sollozo, Maximiliano se acercó a mí para abrazarme.

—quiero estar contigo...—dije mientras lloraba en su hombro.

—solo quédate conmigo mi luna...

—quiero, deseo, sueño, pero... No podemos, no quiero hacerte sufrir...

—estoy seguro de que no lo harías...

Me separe de él, limpie mis lagrimas pero aun así no paraban de salir, las lágrimas que oculte esos cinco años amenazaron ahora con salir.

—no Maximiliano, yo no....—no quiero transformarte, esas eran las palabras, volví a abrazarlo ocultando mi cabeza en su cuello—me iré... No esperes más de mi.

—por favor mi Emi, no te alejes, no de nuevo...—me apretó más a él también ocultando su cabeza en mi cuello, la herida ya no dolía tanto, el dolor era superficial con lo que sentía ahora.

—tengo un reino Maximiliano, tú el tuyo, tienes tus obligaciones aquí, yo en mi reino, ambos están lejos, tal y como nosotros debemos estar...

—podemos unir nuestros reinos Emi, ser una manada...—sus lágrimas tampoco se detenían.

—no Maximiliano... No quiero hacer lo que ellos me piden....

—¿que...?—se deparo de mí pero yo volví a abrazarlo, si se lo diría lo quería cerca—¿de que hablas Emi?

—no quiero transformarte Maximiliano, no quiero volverte un demonio, por eso me fui, sus reglas me obligaron hacerlo, al ser reina quieren que mi mate sea como yo, y si no lo es me piden transformarlo, no te transformare... No lo haré y no quiero que seas un demonio.

Me alejo de él, sabía que lo haría.

—Emi...—tomo mi rostro con suavidad—yo por ti sería hasta el mismísimo Lucifer si me lo pidieran...

Maximiliano junto nuestros labios en un beso suave, un beso tierno, un beso que demostraba amor, que gritaba que nos amábamos y que eso no nos detendrá.

Que su amor y el mio estaban unidos, unidos para combatir cada pelea, peleas que nos quieren separar.

Por que nuestro amor al estar unido es más fuerte que separado, por que al estar unidos volveremos a ser más fuertes, no importa si muero porque si vuelvo a vivir, volveré a amarlo.

Lo amare en la vida y la muerte, lo amare aun cuando no esté cerca.

—te amo mi luna, no me separé de ti...—pidió apoyando su frente en la mía.

—no creo poder hacerlo de nuevo, quiero estar juntos, pero no quiero transformarte....

—hazlo...—amplíe mis ojos al escucharlo, no lo haría, primero muerta que verlo ser como yo.

—no...

—por favor mi luna, quiero estar contigo...

—encontraremos otra manera...

—quiero ser como tú, hazlo mi luna...

—no Maximiliano, no insistas porque no lo haré...

—¿a Alan si lo transformamos?—preguntó enojado, y lo comprendía perfectamente.

—si—dije sin dudarlo, Maximiliano se alejo de mí, cuanto estaba por llegar a la puerta me apresure y lo tome del brazo sellando nuestros labios, él no lo comprendía, me separe de él—trasformaría a Alan sin pensarlo dos veces...—el dolor que sentía al escuchar mis palabras pude sentirlo también.

—no sigas Emily...—¿donde quedo lo de "Mi luna"? Su voz se escuchaba afligida, luchando porque su lobo no tomara el control, sus ojos se apartaron de los míos pero tomé su rostro en mis manos para que me mirada.

—trasformaría a Alan porque no me importaba si sufría o no al estar conmigo, pero contigo es diferente, tú me importas más que mi vida...