BACK TO YOU, (riverdale) [#2]

CHAPTER TWO

Cheryl se situó frente a Hera con una pequeña sonrisa que se estiraba por sus labios rojizos, la rubia frunció su ceño viéndola mientras oía su risa.

─Vine a decirte las noticias de éstos días.

Hera simplemente artículo un "Oh" y asintió, esperando a que se disponga a hablar. Pero su mirada viajó hasta un moreno de ojos grisáceos, con aspecto cansado; la rubia frunció sus labios y se quedó observándolo hasta que él puso aquellos orbes –que Hera siempre amó– en ella.

Su corazón latió con más fuerza cuando él se quedó viéndola, Hera evitó ponerse a llorar allí, frente a toda la cafetería. No se quitaron los ojos de encima hasta que la hermana mayor de Hera, apareció y tomó su mano para poder llevárselo hacia donde estaban.

─... Escuché que Jughead se irá a la escuela del southside. ─Hera se giró a verla rápidamente completamente sorprendida.

─¿Qué?

─Sí. Ya sabes, con eso de que FP está detenido por lo que le hizo a mi hermano. Él está huérfano, literalmente, su madre no aparece y dudo que lo haga.

Hera giró a ver por dónde estaba Jughead, daba la casualidad que él la estaba viendo también. No le sonrió, solamente lo miró con tristeza.

Lo extrañaba.

─¿De qué hablas, Cheryl? Pensé que se estaba quedando con los Andrews.

─Sí pero supongo que Fred no quiso hacerse cargo, no lo sé, H.

Hera suspiró mientras recostaba su cabeza encima de la mesa, la pelirroja también la observó triste, sabía que ella se preocupa más que nadie por Jughead y que era más que posible que intente hacer algo para ayudarlo, arrastrándola con ella en el proceso.

Los orbes azules de Hera se posaron sobre los cafés de Cheryl y entonces supo que ya tenía una idea en mente.

─Cher. Tú puedes ayudar a que la condena de FP sea menor. ¿Lo sabes, no?

La pelirroja frunció sus labios viéndola. Se negaba a oír de nuevo aquello, ya había tenido que oírlo de la pareja feliz y ahora se encontraba en la misma posición con la menor de las Cooper.

─No voy a hacerlo.

─FP ni siquiera lo mató, Cheryl. Sé quién fue y tu también lo sabes. Dejarás a un pobre adolescente huérfano.

Cheryl bufó.

─Por favor, Cheryl.

─Lo pensaré, H. Pero no te aseguro nada.

• •

Hera entró en su casa para luego correr hacia su habitación, se tiró en su cama y tomó su celular entre sus manos. Revisó algunos mensajes que tenía para luego ponerse de pie e ir hasta frente del espejo, donde levantó la remera que tenía puesta, dejando ver el tatuaje de los serpents.