BACK TO YOU, (riverdale) [#2]

CHAPTER TWENTY-EIGHT.

La noticia de que Hera Cooper había recibido un balazo para proteger a FP Jones no tardó en estar de boca en boca en Riverdale. Así como la noticia consiguió derrumbar el mundo entero de Alice y Hal Cooper; quiénes parecían completamente idos ante la idea de perder a la pequeña luz de sus ojos. La mujer no podía evitar culparse, la había dejado de lado cuando ella parecía necesitarla mucho más, pero la pobre mujer no tenía idea de lo que envolvía a Hera.

Betty jamás se había sentido tan destruída como en ese instante. Habían tenido cientos de diferencias, pero sin dudas era la persona a la que más amaba y que no podía imaginarse sin ella molestándola, o haciéndole entender cosas que comprobaba que Hera Cooper era mucho más que una simple cara bonita y cuerpo de infarto. 

Era algo certero; todos en el pueblo estaban completamente impactados por la noticia. Sus amigos no tardaron en abordar el hospital, llenando la sala de emergencias de personas que entraban y salían esperando noticias de aquella rubia. Archie, Jughead, Verónica y Kevin se encontraban sentados apoyando a Betty, aún cuándo cada uno tenía sus cabezas en otro lado. Archie no había dejado de mover su pierna izquierda con impaciencia, completamente preocupado y con su corazón a punto de abandonar su pecho. Jughead no podía dejar de pensar en cómo pudo arriesgar su vida por su padre, Hera Cooper era todo un enigma y él amaba que fuera así, pero ponerse entre una bala y su padre, era ir demasiado lejos. O ella era una idiota, o lo amaba.

Verónica quiso hacerlos sentir mejor, pero incluso ella se sentía fatal ante la idea de perder a una persona como Hera. No fueron las personas más cercanas, ni siquiera podría considerarse como amigas; eran conocidas con personas que amaban en común. Desde que ella había llegado, no podía evitar verla como a una enemiga, y es que conocía los sentimientos de Archie por la chica, algo que prefería ignorar a pesar de que los ojos de Andrews hablaban por sí solos.

Kevin colocó una mano sobre el hombro de Betty, antes de decirle que iría a traerle un café y algo para que coma. Habían estado en el hospital desde hacía más de seis horas sin recibir ni una noticia de su hermana, tampoco había querido moverse de su silla, con sus ojos puestos sobre el suelo, pensando en las idioteces que Hera era capaz de cometer por quiénes quería.

─Ella se arriesgó por mi padre, ¿por qué haría eso..? ─preguntó Jughead a la nada misma. Verónica, quién estaba a su lado, tomó su mano intentando hacerle saber que estaba ahí, tanto para él como para todos. Ninguno contestó, por ello él mismo se auto respondió─: Lo quiere, ¿no? Me da asco siquiera pensarlo, pero ella lo hace.

Betty soltó un corto suspiro, levantando su mirada por primera vez desde que habían llegado al hospital. Observó a su ex pareja con el ceño fruncido.

─Sí, Jughead. Arriesgó su vida por tu padre, y no solamente porque lo quiere a él, sino porque te ama más a tí de lo que sería capaz de amar a otra persona. ─su voz vacía y llena de dolor, solo hizo que ellos la vean completamente entristecidos─: Hera arriesgaría todo por quienes quiere, pero a tí te ama. Así que, imagina lo que es capaz de hacer la tonta de mi hermana por tí. ─dijo, antes de soltar un sollozo y tapar su rostro con sus manos. Archie acarició la espalda de su mejor amiga.

─Si hay algo que Hera continúa haciendo es sorprenderme. ─dijo él, haciendo reír a Betty. Ella destapó su rostro, dejando ver sus mejillas empapadas por las lágrimas que continuaba evitando soltar. Verónica simplemente sonrió a medias mientras que Jughead estaba cruzado de brazos.

─Nos cuida a todos de algún modo, ¿no? ─dijo él, viéndolos─: Cuando fui al lado de Sur para el secundario, Toni me dijo que Hera les había obligado a cuidarme. Y que ellos le obedecen porque confían en ella. ─Betty sonrió negando.

─Aún no puedo creer que sea una serpiente y nos lo haya ocultado por tanto tiempo.

Verónica rió cortamente.

─¿Recuerdan cuándo golpeó a Reggie por ustedes? ─les preguntó. Archie y Jughead sonrieron ante el aquél recuerdo, sobretodo porque nadie esperaba que con lo pequeña que es, le haya dejado un ojo morado. 

─Ella es sensacional. ─dijo Betty. 

Los dos muchachos suspiraron para después murmurar un sí. Las puertas del hospital fueron abiertas y por ahí cruzaron Alice, Hal y FP. Los tres se encontraban completamente serios, se habían reunido con el Sheriff Keller para hacer que busque hasta por debajo de las rocas en dónde podía encontrarse el idiota que le disparó a la chica, y a pesar de que Alice al principio culpó de mil maneras a FP, Betty le dijo que debía calmarse, porque él no sería capaz de herir a Hera de ningún modo. Y aunque esa oración estaba cargada de cosas que no comprendía, por primera vez en su vida, obedeció a su hija. 

FP se situó junto con su hijo, quién al verlo solamente golpeó su espalda un par de veces para después volver a la misma posición, con sus ojos puestos sobre el suelo y completamente en silencio. Alice se quedó junto con su hija, quién había puesto su cabeza sobre su hombro, y Hal se quedó de pie, cruzado de brazos mientras esperaba que algún enfermero cruce su campo de visión para poder invadirlo con preguntas. 

La puerta del hospital fue abierta una vez más, dándole paso a Cheryl, Reggie, Giselle, Michelle y las Pussycats. Todos sin decir absolutamente nada, se quedaron sentados alrededor de ellos, esperando por noticias. Las horas pasaban y todos parecían angustiarse aún más, en especial cuando dos doctores con las batas quirúrgicas atravesaban las puertas completamente serios, luciendo más cansados y derrotados de lo que ellos podrían imaginar. El primero, de cabello castaño y ojos marrón los observó con pena. La bala les había complicado la existencia.

─Familiares de Hera Cooper. ─todos se pusieron de pie, él los observó y no dijo nada. Alice se puso frente a él.

─¿Mi hija está bien?

─La bala atravesó el tórax de Hera, le causó una fractura en la costilla, consiguiendo que fragmentos óseos terminan incrustados en la parénquima pulmonar. ─él observó hacia el suelo unos segundos, pasando saliva─: Ella perdió muchísima sangre y las próximas veinticuatro horas serán determinantes. No puede respirar por ella misma, pasará la noche en observación. Conseguimos remover la bala, pero las heridas internas fueron demasiado graves como para poder afirmar o negar algo.

─¿Qué se supone que significa eso? ─preguntó Hal con dureza. El doctor no respondió, pero Jughead si comprendió de qué hablaba.

─Significa que no tienen idea si Hera sobrevivirá. Y las próximas veinticuatro horas, confirmarán eso.