Los chicos Malfoy

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Los chicos Malfoy

Esa mañana, mientras Draco Malfoy descansaba en el patio de la Torre del Reloj, su paz se vio interrumpida cuando su hermana, con una caja de grageas en la mano, se sentó junto a él. La joven con una sola mirada logró que la usual compañía del platinado se alejara a la primera solicitud.

—No deberías interrumpirme sin razón, soy prefecto y miembro de la Brigada Inquisitorial. Tengo el poder de quitarte puntos —soltó el chico tras un intento fallido de robarle un dulce.

—¿A tu propia casa y a tu hermana? Renunciarías a tu cabello antes de eso.

—No me digas que Theo fue tan idiota para buscarte solo las de chocolate —declaró el platinado con una mirada de desagrado.

—No fue él.

—Si el problema —dijo acentuando la palabra— es lo que hace que mamá te envíe mejores cosas, podemos cambiar de lugar.

La chica le extendió el pequeño papel con las iniciales R.L. y con frustración lanzó —Es exactamente el problema, el que envió los dulces.

—Tuviste que devolverlos con la lechuza.

—Sabes que me gustan, no podía rechazarlos.

—¿No podías o no querías?

—Es complicado, Draco.

—No lo es para mí.

—Porque el problema no está emparentado contigo.

—Está emparentado con nosotros, un problema es la hermana de mamá y el otro es el concuñado de papá.

—Tú sabes a qué me refiero.

—Robaste mis cajas por años solo para quitarme esa gragea, ahora tienes una caja llena y ni siquiera la has tocado.

—Cuando llegaron, me sorprendí y me asusté al mismo tiempo. Con Bellatrix fue fácil, pero hasta papá sugirió que intentara conocerlo y ahora me envía dulces.

—Dudo mucho que papá dijera algo así.

—No directamente, aunque esa fue la intención de sus palabras.

—¿Crees que él le haya contado sobre tu obsesión con ese sabor?

—Fui yo quien lo hizo. No creí que fuera a pasar algo, tal vez solo quería ponerlo a prueba.

—Aún puede fallar, tal vez están envenenadas.

La muchacha probó una lentamente, espero unos segundos y afirmó —No, están deliciosas como siempre, son solo puras e inocentes grageas de chocolate.

—Puede ser veneno de efecto lento.

—¿Qué pasaría conmigo, si alguien se entera?

La conversación se vio interrumpida por Dolores Umbridge, quien se posicionó frente a los jóvenes. La mujer les dirigió una sonrisa y tras un pequeño carraspeo, soltó—Señor Malfoy espero que este convenciendo a su hermana para que se integre a la Brigada Inquisitorial.

—No hemos dejado de hablar de ello.

—Madame Subsecretaria —Lyra no pudo terminar de formular una sonrisa, pues la mujer la corrigió.

—Ahora soy la directora de Hogwarts, querida.

La muchacha sonrió y con un falso tono de pena, confesó —Estimada directora, para mí sería un honor poder unirme al grupo, pero debo declinar la oferta. Temo no estar a la altura del grado de responsabilidad y romper sus expectativas.

Malfoy y LestrangeWhere stories live. Discover now