Malfoy y Lestrange

Motivación

Motivación

Quedarse en Hogwarts por Navidad no había terminado siendo un mal plan después de todo. Con la idea de otro éxito en mente, Lyra tenía planeado hacer lo mismo en las vacaciones de Pascua.

¿Qué podría salir mal esta vez?

Al fin y al cabo, todos sabían que esa semana los profesores parecían olvidarse de lo que era un descanso, asignando una exorbitante cantidad de deberes.

Nadie sospecharía de sus verdaderas intenciones.

Tal y como lo supuso, Draco no seguiría su consejo prefiriendo volver a casa, aunque a su favor Theo se había negado a irse y a pesar de que los dos tuvieran una montaña de pendientes se las arreglaban para poder compartir tiempo juntos.

Esa tarde había resultado interesante, el castaño aún guardaba cierto recelo ante su acercamiento con Astoria a lo que la joven lo había retado a pasar un momento con ellas. Era uno de esos pocos días en los que lograba dormir con una sonrisa de victoria en el rostro.

Por eso, al sentir como una fuerza extraña la obligaba a despertar, no creía lo que veían sus ojos.

El salón de la Mansión Malfoy.

No, no podía estar en casa.

Era imposible.

Recordaba haberse metido en su cálida cama, pero ahora sentía lo frío del mármol.

¿Estaba soñando? ¿Dónde estaba la araña que colgaba del techo?

Su espalda se estremeció al escuchar el siseo de una serpiente.

—Por fin se une a nosotros señorita Lestrange.

Escuchar esa voz, hizo que Lyra se levantara de un salto.

Pensó encontrar a alguien más en la instancia, pero solo estaban él y su serpiente.

La muchacha le dedicó un saludo con la cabeza, su mente iba demasiado rápido como para poder formular algo coherente.

La serpiente siseó más fuerte, como si lo estuviera disfrutando.

Agitó la cabeza, tenía que volver en si —Lo lamento, mi señor, pero no entiendo qué hago aquí.

—¿Acaso esta no fue su casa durante años? — le preguntó con un leve toque de sorpresa en su voz que sonaba a burla.

—Es mi hogar.

—Por eso mismo es que era necesaria su presencia. Un error imperdonable fue cometido aquí mismo.

—¿Dónde están mis padres?

—Bellatrix ya sufrió las consecuencias y Rodolphus aún no está al tanto.

—Hablo de los Malfoy.

—Ellos no son de preocupación ahora. Lo que sí es importante es descubrir si usted también resultará ser una decepción.

Lyra tragó en seco —Nunca.

—Y aun así no se ha presentado ante mí voluntariamente.

Respirar y cerrar su mente, la joven estaba concentrada en ello —Se me prohibió volver a casa.

—Eso escuché. Extraño castigo, más aún viniendo de los Carrow.

—Me lo dio la profesora McGonagall.

—¿Por qué?

La joven ya tenía una historia preparada.

Lo miró a los ojos —Me encontró en la Sección Prohibida. En Artes Oscuras no me enseñan nada nuevo y quise buscar nuevos hechizos. Pensó que sí me enviaba con los Carrow o con el director Snape, no tendría la sanción que merecía.