TRECE

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Después del incidente de ayer Lily había estado reacia de ver o hablar con alguien. Básicamente se dedicaba en ir a visitar a Thorn a la enfermería y volver a la Biblioteca Sombra para aprender magia con el fantasma de su padre. En esta ocasión se encontraba en medio de la cámara circular con una mesa lo suficientemente grande para un cuerpo humano, sobre ella yacía algo pequeño, tieso y muerto.

—¡Agg! —exclamó. — ¿Que es eso, padre?

—Un murciélago. —Iblis hizo girar un dedo sobre la mesa y alzó una ceja ante la expresión de su hija—Esto es nigromancia, Lily. Se puede volver sucia y peligrosa. Si un cuarto es estropeado no puede repararse.

—Ya que lo mencionas, ¿Por qué eh sido capaz de invocar a los muertos vivientes?

—Como bien sabes los que llevan la sangre de los príncipes en las venas poseen el poder hacer magia. También dicta el tipo de magia que se puede emplear. En nuestro caso la oscuridad...

—Eso ya lo se, papá ¿Pero por que yo de entre todo?

Iblis le tocó la mano. Lily sintió una brisa fría , pero eso fue todo

—Eres una nigromante. Los muertos esta a tu disposición. Además tú has contado con el verdadero sentimiento y deseo para impulsar tu magia. Me has abierto los ojos acerca de lo equivocado que estábamos al prohibir la magia en las mujeres, Lily.

—Me gustaría que todos pensaran igual que tú, papá.

Natillas soltó unos ladridos agudos y se escabulló debajo de la mesa.

—Nadie se atreve a mirarme a la cara. Tienen miedo de lo que les haría. —se detuvo frente a una estatua de joven Faustus Sombra limpio un poco de polvo de entre sus colmillos. —Mis propia gente murmura a mis espaldas. Dicen que al norte han inventado una balada sobre la horrible bruja malvada que encerró a su medio hermano en una lo alto de una torre y permitió que se cubriera de telarañas.

Lily bajo la mirada al piso cuando recordó la locura en los ojos grises de su hermano, su medio hermano. ¿Había hecho lo correcto en dejarlo encerrado en la aguja? ¿En dejarlo dormido en un sueño que probablemente lo consumiría algún día?

No. Definitivamente no era lo que su corazón pedía. Pero si las reglas. De haberlo despertado en aquella ocasión, su hermano habría tomado Castillo Penumbra y dormido en un sueño eterno a todos sus habitantes.

—Era necesario. —dijo Iblis. —Te hubiera matado, Lily.

Ella asintió queriendo cambiar de tema.

—Volvamos a los muertos

Iblis señaló hacia la mesa, más específicamente, hacia el murciélago muerto en ella.

—Hermoso, ¿verdad?

—A su manera, si.

Pero quizá era la belleza que sólo alguien que hubiera crecido en Castillo Penumbra podría apreciar.

—En nuestra última clase leímos las notas de Lucifer sobre la resurrección de los muertos.

—Ajá. —su razonamiento tenía sentido, aunque la parte la resurrección era bastante desagradable.

MAGIA DEL REFLEJOWhere stories live. Discover now