Protección: el ABC

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-¡Hola, hola! ¿Cómo están los oyentes más sexys del planeta? Hoy volvemos a la carga con un programa extremadamente importante y con la intención de desterrar muchos mitos

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-¡Hola, hola! ¿Cómo están los oyentes más sexys del planeta? Hoy volvemos a la carga con un programa extremadamente importante y con la intención de desterrar muchos mitos. ¿Preparados? ¿Sí? Recibamos entonces a nuestro queridísimo Doctor Felipe Foster.

-¡Hola!

-Doctor, hoy volvemos a estar solitos.

-Mmm. Más íntimo ¿no crees? -la conductora ríe.

-Doctor, no sea travieso.

-¿Por qué no? -la conductora carraspea y ríe nerviosa.

-¿Por qué mejor no presenta el tema de hoy?

-Ujúm. Bueno, hoy vamos a hablar de protección.

-Genial. Cuando quiera, el micrófono es suyo.

-Bien, empecemos entonces por olvidar todo lo que vimos en clases de salud en la escuela, si es que vieron algo. De ahora en más, simplifiquemos las cosas. Hay dos conceptos con los que me interesa que se queden en la cabeza. El primero es efectividad y el segundo es finalidad.

»En cuanto a la efectividad, lo que quiero que charlemos es sobre qué tanto protegen los métodos que conocemos, y para eso, se manejan dos valores, dos porcentajes. El primero se refiere al porcentaje de efectividad cuando el método es usado correctamente según las instrucciones del fabricante. El segundo porcentaje es lo que se llama efectividad de uso habitual. Y es que, pensemos que somos humanos y bueno, nos equivocamos. Así que tengan en cuenta que si se dice que un método es 97% efectivo, seguramente en el uso habitual su efectividad baje unos cuantos puntos. ¿Se entiende?

-Perfecto.

-Ahora, el segundo concepto, la finalidad, se refiere al para qué usamos el método. Lo más fácil es dividirlos en dos tipos: Los métodos anticonceptivos por un lado, es decir, los que evitan o previenen embarazos, y por otro están los métodos de protección contra ITS o infecciones de transmisión sexual. Cualquier otra clasificación es impráctica y absurda.

-Sí, yo recuerdo poco, pero sé que había que si de barrera, naturales y no sé qué más.

-Por eso es impráctica, ni siquiera te acuerdas. Es más fácil así. Entonces, empecemos por el primer grupo, los anticonceptivos. ¿Qué se te viene la mente?

-La píldora... el DIU... el implante...

-Exacto. Hay anticonceptivos que se meten con la química hormonal del cuerpo y previenen los embarazos desde ahí. En ese tipo tenemos la píldora, la minipíldora, el implante, el parche, la inyección, el anillo y el DIU hormonal. Entonces, vamos con calma. Primero la diferencia entre la píldora y la minipíldora porque te ví como arrugaste el ceño -se ríe-. La píldora o píldora combinada es conocida porque tiene en su composición una mezcla de progesterona y estrógeno, en cambio, la minipíldora sólo contiene progesterona. Ambas tienen como función inhibir la ovulación, pero la píldora combinada tiene una eficacia de inhibición del 95% de los ciclos, mientras que la minipíldora lo hace en el 50%, lo que se contrarresta con una eficacia mayor en el engrosamiento del moco cervical. Esto reduce la movilidad de los espermatozoides y no afecta tanto el ciclo natural de producción de hormonas. Sea una opción o la otra, ambas cuentan con un 99.7% de efectividad en la prevención de la concepción, siempre que se utilice perfectamente, lo que no pasa claro, por lo que se reduce su efectividad a un 91%, que sigue siendo alto, en mi opinión.

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