O1. Holding hands.

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Kirishima soltó un largo suspiro al llegar a su casa, había sido el día más agotador que recordaba haber vivido, pero aunque las cosas se pintaban bastante mal para All Might, le tranquilizaba saber que este había ganado, y no sólo eso, sino que se encargó de salvar a Bakugou con la ayuda de él y sus amigos.

No cabía la menor duda, All Might era un héroe digno de ser llamado el símbolo de la paz, y por esa misma razón esperaba que durante los próximos días su situación mejore.

Después de hablar con sus padres y de tranquilizarlos lo suficiente, caminó hasta su habitación y se tumbó en la cama, sin cambiarse ni bañarse, sólo se dejó ir víctima del completo agotamiento que ahora aparecía como si antes la adrenalina lo mantuviera totalmente alerta.

Observó su techo e inevitablemente guio su mano hacia él, intentando alcanzar algo inexistente desde su lugar acostado la cama. Un pequeño y dulce calor invadió su palma cuando recordó la forma como Bakugou había volado para alcanzarlo y ser rescatado. Sabía, por las mismas palabras del rubio, que este fue sólo su única opción para ayudar a All Might a que igualaran las condiciones de batalla, pero las palabras de Midoriya indicándole que sólo podía ser él y la felicidad que sintió cuando atrapó a Bakugou aún llenaban su corazón de una manera agradable.

De pronto, sus mejillas se sonrojaron ligeramente al recordó que luego de eso deseó continuar tomando la mano de su amigo; sabía que su reacción fue un impulso provocado por la adrenalina y la cantidad de personas que hacían posible la opción de perderse entre tanta multitud, y claro, comprendió la razón de la hostilidad del rubio, pero no pudo evitar sentir una ligera vergüenza acompañada detrás de ese sentir, quizás eso hizo que ofendiera a Bakugou más de la cuenta, pues la acción podía perfectamente malinterpretarse.

Cerrando la mano en un puño y con un rostro determinado, se dijo a sí mismo que iría a visitar a Bakugou al día siguiente, y así se aseguraría de que este se encuentre bien. Conocía su casa gracias a las veces en que había acabado yendo a estudiar a ella, por lo que esperaba no ser una molestia para Bakugou y sus padres apareciendo de improvisto.

+

—¡Kirishima-kun!

Una pequeña y avergonzada sonrisa apareció en su rostro cuando la madre de Bakugou abrió la puerta y lo recibió con ese mismo carisma que lo caracterizaba. Atrás de ella, el padre de Bakugou hizo un gesto aliviado al reconocerlo, haciendo una pequeña reverencia, a lo que Kirishima correspondió de la misma forma.

—Buenos días —hizo una pequeña pausa para saludar—. Lamento interrumpir, pero quería saber cómo estaba Bakugou y acabé viniendo, espero no molestar.

—Oh no, claro que no, pasa —Mitsuki se hizo a un lado, permitiendo que Kirishima entre a la casa—. Eres un gran amigo al venir a visitar a mi hijo idiota, Kirishima-kun. Él tiene una orden de no salir de la casa, por lo que está bastante frustrado y se siente muy impotente.

—Sí... Eso suena como él —Kirishima rió ligeramente.

—Pero ve, está en su habitación, te quedarás a comer, ¿cierto?

—¡Claro! Muchas gracias.

Kirishima pidió permiso y subió las escaleras hacia la habitación del rubio. Sabía que Mitsuki y Masaru estaban bastante preocupados por todo lo que había ocurrido, pero ambos intentaban dar la mejor cara posible y mostrar sonrisas animadas incluso cuando les preocupaba hasta abrir la puerta de su hogar. Definitivamente Kirishima entendía de donde Bakugou había sacado una personalidad tan genial, incluso sus padres eran personas increíbles.

Cuando llegó a la puerta del rubio, suspiró al leer el ya tan conocido cartel de "No me jodas, vete a la mierda" que decoraba la madera de la entrada de esa habitación. Antes de tocar, respiró hondo y tragó profundamente, dejando que sus nudillos golpeen la puerta y casi al instante escuche un grito en respuesta.

30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou KatsukiWhere stories live. Discover now