Capítulo 1

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Estabas caminando por Hogsmade, pero no era un lindo día, más bien se encontraba nublado y ventoso, era invierno y se notaba demasiado, pero nada te importaba, tenías demasiadas cosas en tu cabeza, las notas de los TIMO'S, tu ruptura y la ridícula sapo rosa que dirigía el colegio.

Ibas caminando mirando el suelo con atención, hasta que un par de risas te desconcentraron. Provenían desde un negocio muy peculiar y pintoresco, por lo que decidiste entrar. 

Entraste por una gran puerta y tu vista se llenó de personas alegres y riendo, algunas cosas volaban de acá para allá, pero lo que más te llamó la atención fue una estanteria con la forma de una flor, parecía tener una clase de poción dentro de un tubo. Tomaste una y la revisaste, e inmediatamente sabías lo que era: Amortentia.

- ¿Puedo ayudarte? - dijo una voz al lado tuyo que hizo sobre saltarte. Al girarte, te encontraste con un chico alto y pelirrojo, vestía un traje de colores y portaba una linda y agradable sonrisa. - Veo que te interesó la Amortentia.

- Oh, no. Sólo estaba de paso. - sonreíste amable y dejaste la poción en donde la encontraste. - Me llamó la atención la repisa, es muy bella.

- Lo importante no es como luce sino lo que lleva dentro. La Amortentia es una de las pociones de amor más fuertes, y prácticamente la mejor que encontrarás por Hogsmade a sólo 10 galleons. - quedaste sorprendida.

- ¿10 galleons? Creo que es demasiado para una poción, cuando puede hacerlo uno mismo.

- Es cierto, pero estoy seguro de que tú no la necesitas. Una chica tan linda como tú no puede estar sola. - te sonrojaste. Él se te quedó mirando. - Así que... andas de paso, ¿la sapo rosa los ha dejado salir?

- Gracias a Merlín, sí. Necesitaba salir de mi estres, vi tu tienda y quise entrar por curiosidad.

- En Sortilegios Weasley, puedes reirte hasta que el estómago te duela, te lo puedo asegurar. Y más si es para sacar sonrisas como la tuya. - te guiñó y te volviste a sonrojaste. - No soy adivino, pero creo que estas aquí porque estás más triste que estresada, dejame adivinar... - pusó cara como si estuviera pensando. - Corazón roto, ¿acaso? - te sorprendiste.

- ¿Cómo lo supiste?

- Una corazonada. - dijo simple. - Y dime, ¿por qué el corazón roto? 

- Larga historia que no quiero recordar en este momento. - bajaste la mirada. Él parecio entender. Volviste a dirigir tu atención al chico y lo atrapaste mirandote atentamente. - Yo... tengo que irme, no quiero un castigo con la sapo rosa. - rodaste los ojos y ambos rieron. Comenzaste a caminar hacia la salida.

- ¡Oye, mañana puede ser que estén a sólo 5 galleons! - gritó.

- ¿Y por qué mañana? - preguntaste divertida.

- Tengo la corazonada de que mañana volverás. - te guiñó y sonreíste.

- ¡No todas las corazonadas son ciertas! - dijiste divertida.

- ¿Quieres apostar? - dijo y ambos rieron. Volviste a alejarte, pero cuando estabas cerca de la puerta, el mismo chico te tomó del brazo. - No me presenté. Soy Fred Weasley, ¿y tú? - dijo y te tendió la mano. Tú correspondiste mientras te presentabas igual que él. - Un gusto. Quería decirte que si mañana vuelves, quisiera saber sobre el patán que te rompió el corazón. - dijo riendo y te dejó ir.

¿Estaba bien contarle sobre tu relación, ya acabada, a un completo desconocido?

Ángel guardían Where stories live. Discover now