Ángel guardían

Capítulo 4

George y tú estuvieron charlando de muchas cosas mientras cenaban, te hizo reir con muchos chistes malos, extrañabas mucho hacer eso, pero ahí faltaba Fred, y sabías que George trataba de evitar aquel tema para no hacerte sentir mal.

Luego de que George terminará de contar otro de sus chistes malos y terminar de reir, bajaste tu mirada hacia tus manos y tu cara cambió de un abrir y cerrar de ojos.

- ¿Estás bien? - levantaste tu mirada. Negaste. - Oye, Fred volverá...

- No es eso, o sea... - George levantó una ceja. - sólo no me gusta discutir con él y...

- No tienes que preocuparte, son muy buenos amigos, se disculparán.

- Si, amigos... - dijiste en voz baja.

- Mira - tu nombre salió de sus labios de manera firme, lo que te sorprendió - sabes que creo que ambos se sentirían mucho mejor si se dijeran de una buena vez lo que sienten. Se lastiman mutuamente si se ocultan sus sentimientos. Anda, son jóvenes, vivan sus vidas juntos y disfruten, ¿por qué guardarse algo tan lindo como el amor? - dijo George.

- Eso te lo dijo tu madre, ¿verdad?

- Tú sólo cállate y ve a buscar a mi hermano, se deben una disculpa y una sincera charla. - se levantó y tomó tu plato para comenzar a lavarlo.

- Gracias, George.

- Cuando quieras, enana. - dijo sonriente.

Tomaste tu campera y, decidida, saliste de Sortilegios Weasley en busca de Fred. Hacía frío y estaba bastante oscuro pero eso no te detendría. De pronto, una mano tomó tu brazo de manera muy fuerte.

- ¿Fred..? - dijiste y sentiste como algo muy duro golpeaba contra tu cara.