Capítulo 6

2K 172 21
                                    

- ¡George! - gritó Fred al llegar a su negocio. - ¡Hermano, ayúdame! - volvió a gritar.

- ¡Fred! ¡Volviste! - gritó su gemelo cuando lo vió, pero al verte a ti, su mirada cambió a preocupación. - ¿Qué pasó?

- Larga historia que dudo que querramos recordar. - dijo Fred mirandote a lo que asentiste. - Ayúdame a llevarla hasta arriba. - dijo y ambos hermanos estaban levantandote hasta llevarte a la cama del cuarto de arriba.

- Ya está. - dijo George. Fred miraba tu tobillo con preocupación, revisando para saber que tenías, mientras algunas veces tú te quejabas del dolor que producía. George se enterneció con esa escena. - Creo que deben hablar, los dejaré solos, cualquier cosa, estaré en la Madriguera. - dijo y se fue con una sonrisa.

- ¿Estas mejor? - asentiste. Fred te miró a los ojos, los cuales estaban aguados y te los limpiaste con la mano. - Yo... quería pedir perdón... - dijo y te sorprendiste. - por como actué..., no debí dejarme llevar por mis pensamientos, debí haberte dejado hablar, no debí haberme ido y tal vez esto no hubiera sucedido. - dijo bajando la cabeza.

- No es tu culpa, Fred. - dijiste tomando su rostro para hacer que te mire. - Lo digo en serio. - de un momento a otro, Fred miró tus labios y tú los de él, inevitablemente se acercaron, y fue cuando sentiste su respiración cerca tuyo, que decidiste por fin abrir tu corazón y decirle lo que sentías. - Fred, me gustas. 

Finalmente, fue él quien tomó la iniciativa, sus labios entraron en contacto con los tuyos y te invitaron a dejarte llevar. Encajaban como piezas de un rompecabezas, que llevaban separadas por largo rato para unirse y completar el dibujo que el juego aquel traía. Al separarse, se escuchaban las respiraciones agitadas y se sentían los corazones acelerados.

- También me gustas - dijo y tu nombre salió con tal dulzura de sus labios, que volviste a besarlo. Al separarse, ambos se sentían felices, se habían sacado el peso de ocultar sus sentimientos.

- Yo... creo que es hora de dormir.

- Tienes razón, ya es tarde y tú tienes que descansar. - dijo y sonreíste por la atención que Fred te estaba brindando. Él te dió un suave pero corto beso. - Buenas noches. - dijo y se fue a la otra cama que había en el cuarto.

- Buenas noches - dijiste. 

Trataste de dormir, pero te quedaste dando vueltas hasta altas horas de la noche, ese beso sí que te había dado vuelta la cabeza. No sabías cuanto te afectaba Fred hasta a aquel momento, y ahora sabías que por más que salga de tu cabeza, jamás podrás sacarlo de tu corazón, y eso era muchísimo peor, pero no querías sacarlo ni por un minuto de ahí, era él quien te hacía bien. Así que, inconsientemente, hiciste una pregunta que jamás creiste hacer.

- Fred - lo llamaste. El se dió vuelta rápido, como si hubiera estado despierto desde antes, al igual que tú. - ¿crees que podrías venir a dormir conmigo? - dijiste un poco tímida.

Escuchaste como Fred soltó una pequeña risa y se levantó para llegar hasta tu cama. Al llegar pidió espacio para poder acostarse a tu lado. Tú dejaste que se acostara y acomodara. Luego, te dió permiso para acostarte sobre su pecho, y lo hiciste. Él te atrajo hacia él con su brazo detrás de tus hombros. De repente, con la mano que te abrazaba, comenzó a hacer caricias en tu cabello, haciendo que cierres tus ojos, dandole a entender a Fred, que te habías dormido.

- Luego dicen que los ángeles no caen del cielo. - dijo en un susurró. - Espero que seas mi ángel guardían para siempre y que con tu sonrisa y ojos brillantes, me cuides desde donde sea que estes. - siguió. Tus mejillas se volvieron como un tomate.

- Fred, sí sabes que estoy despierta, ¿verdad? - dijiste con una sonrisa.

- Rayos... - lo escuchaste susurrar. - Yo... tengo sueño, me dormiré, buenas noches. - dijo y tu reíste por lo bajo. 

- Buenas noches, Fred. Otra vez.

Ángel guardían Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon