Sin Botón

Recibir

Dar y solo dar o recibir y solo recibir, o dar y recibir, cuánto estamos dispuesto a ceder con la única finalidad de poder ser recompensados. ¿Es lo que realmente queremos? o somos capaces de darle el valor a aquello que recibimos, tesoros ajenos de brillantes diamantes y valiosos metales, se convierten en migajas de harina que tienen el peso que le dé, valiendo absolutamente nada. Pero, cómo entregarle valor a algo que nunca antes había tenido, a algo desconocido, ¿Es lo que quiero para un siempre? o algo que quedará guardado donde todo lo demás se encuentra. Por tiempo anhelé tener aquello, y ahora se me escapa entre las manos, no me da ni el tiempo como para pensarlo otra vez, el aire se renueva en mí una vez más, pero qué obtenemos de eso ¿las ganas de deseo se terminan ahí? ¿el aire se terminará ahí? ¿cuáles son los nuevos deseos que adquirimos? ¿Son realmente nuevos? ¿Siempre vamos a querer más?, ¿cuándo la conformidad dejará de significar mediocridad?