Minutos

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La espera, que complicado es sentarse a entender que los problemas de cada uno serán prontamente atendidos por desconocidos, sentado sobre acolchonados azules asientos que más que comodidad te entregan desesperación de no ser atendido, junto a ese pitido que de instante a instante, te dirá que ha avanzado al siguiente número y que se encuentra muy lejos de llegar al tuyo, pero como sí de algo sirviera, cada vez que lo escuchas tu cabeza hace el ejercicio físico de levantar la mirada y llegar a él, observar que el milagro que adelante tu número, sin embargo esto aún no ocurre.

La espera eterna que al igual de interminable se vuelve poco optimista, es ahí donde comienzas a cuestionarte el resultado de tus actos que te conllevan a situarse en el mismo lugar, al obtener un resultado negativo, la mayoría reclama, no se conforma con haber tenido el trasero bien descansado y desean reclamar lo que los llevó a disponerse en aquellos cálidos lugares, a punta de lágrimas deben sumarle un punto a la situación, y deben ser positivo, yo por mi parte, apenas me indican su negatividad, me retiro airoso de la lucha, lo que no logré conseguir hoy, lo obtendré mañana y mi día no terminará nunca.

Sin BotónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora