capitulo 46

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Julian y yo seguíamos mirando el piso esperando la próxima instrucción de nuestro comprador, estaba muy nerviosa, no es la primera vez que tengo sexo ni la primera en que lo hago con un sádico, pero ¿con mi compañero? Jamás pensé que pasaríamos po...

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Julian y yo seguíamos mirando el piso esperando la próxima instrucción de nuestro comprador, estaba muy nerviosa, no es la primera vez que tengo sexo ni la primera en que lo hago con un sádico, pero ¿con mi compañero? Jamás pensé que pasaríamos por esto, se supone que iba en contra de las políticas de la academia ¿o eso era solo en el nivel dos? Julian y yo habíamos pasado por muchas cosas, nos hicimos dependientes uno del otro, esto no cambiaría las cosas... ¿O sí?

- Aaron – ambos nos tensamos al escuchar su nombre-. Besa a tu linda hermanita, tócala, aprieta sus nalgas, introduce más a fondo esa joya en su culo.

Ambos caminamos en dirección al otro, enredé mis brazos en su cuello devorando la boca de Julian mientras sus manos viajaban por mi cuerpo con libertad apretando mis pezones, girando la joya, golpeando mis nalgas, todo mientras el amo tomaba mis brazos llevándolos a mi espalda, el frio de las esposas me recibió, oh joder estaba inmovilizándome... odiaba las esposas, le tenía terror a entregar el control total de mi cuerpo.

- Túmbate en la cama Aaron.

Mierda no por favor...

Separándose de mis labios jadeante se tumbó en la cama presumiendo su buen estado físico, el brillo perlado sobre su piel, labios enrojecidos y su verga bien despierta.

- Ya sabes que hacer Julieta, vamos a usarte los dos.

El sonido de su bragueta mientras gateaba a cómo podía a horcajadas de Julian me puso aún más nerviosa, fue vergonzoso sentir a Julian entrar por completo en mí, entré en pánico cuando el comprador enredó sus dedos en mi cabello apoyando mi rostro en el pecho de Julian con fuerza.

- Abrázala, que no se mueva.

Junto a la verga de Julian la incomodidad de un dedo se hizo presente, el amo le ordenó comenzar a moverse y con eso detonó mi autocontrol, no podía parar de gemir, jadear y quejarme del dolor mientras más dedos se unían en mi sexo, el aire abandonó mis pulmones cuando remplazo los dedos por su pene, estaba tan llena, tan dilatada... no puedo explicar con palabras cuanto dolor estaba sintiendo en estos momentos.

- No la sueltes – le dijo comenzando su vaivén dentro y fuera utilizando su mano para mover la joya en mi culo-. Rómpela en dos, quiero que no camine al final de esta velada.

Sujetó mi cadera con su mano libre golpeando en mi interior con brutalidad, Julian tuvo que seguir órdenes abrazándome para que no me moviera de su pecho, me era imposible no gritar del dolor, las lágrimas recorrían mis mejillas mojando el cuello de Julian que no dejaba de susurrar perdón mientras seguía las órdenes del hombre que estaba destrozándome por completo dándome nalgadas utilizando sus dedos para dilatar mi ano, esto me estaba matando...

Seis de la mañana.

Tal y como dijo él hombre no fui capaz de caminar sola hasta la gran bañera en su departamento, Julian me cargó sentándome sobre sus piernas bajo el agua, el amo quería bañarnos... tuvimos que soportar más toqueteos indecentes, que esparciera el jabón y lavara el cabello de cada uno, el sueño estaba por vencerme y estando de pie con ayuda de Julian mientras el comprador me vestía no ayudaba demasiado, me sentía como un estropajo viejo y usado que debía ser tirado a la basura, no merecía llamarme persona en estos momentos, yo no era nada.

Troubles © [#1]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant