. . .

352 40 1
                                    


-A la mierda tus bromas de mal gusto Maria.- le dije arrebatando mi ropa del perchero.

-Que?.- contestó confundida.

-No vuelvas a meterte conmigo.- dije sin mirarla, me dirigía a la puerta para salir del lugar cuando me alcanzó tomándome del brazo con delicadeza, haciéndome girar para mirarla.

-Pero Nina.- dijo sonriendo.- de que carajos estás hablando?.- su tono latino ya no me resultaba divertido.

-Te dijo algo?.

-Solo olvídalo. Nos vemos mañana.- tome la perilla de la puerta y salí a la fría noche de invierno. Sentí la gélida brisa sobre mis mejillas y pude divisar entre la tranquila nevada la figura de Sadja caminando a mi dirección.

-Nina.- dijo con una sonrisa cuando estuvo frente a mí.

-Rubia.- respondí su saludo.- Vamos...Me estoy muriendo de frío y necesito algo con mucho chocolate encima.

Su sonrisa se hizo aún más grande y tomo mi mano para colocarla en su brazo.

- Me leíste el pensamiento morena.

Llegamos al restaurante, no estaba muy lejos de mi lugar de trabajo, sin embargo el frío podía congelarte las piernas aun si caminabas solo diez metros, era de los fríos mas horribles que he sentido en mi vida.

Era un restaurante grande, tenia paredes y techos de madera y una gran chimenea al fondo lo que lo hacia sentir aun mas acogedor en climas así. No había tanta gente por lo que pudimos escoger una mesa cercana al fuego.

-Una rebanada de selva negra por favor y un café americano.- le dije al mesero con una sonrisa mientras me quitaba la gabardina para colocarla en el respaldo de la silla.

-También una rebanada de selva negra pero quiero tomar un chocolate caliente.- pidió Sadja sin mirar al mesero.

Una vez que se retiro con el pedido comenzamos a hablar.

-Como fue que me encontraste Sadja?.- pregunté mirando el fuego de la chimenea.

-Por la policía.- contestó de inmediato.- Te están buscando Nina. Te fuiste del hospital sin que te dieran de alta, a Nikki y a mí no nos dijiste nada más que un mensaje de texto despidiéndote.- hizo una pausa y suspiro.- El detective Kozel te esta buscando y en el aeropuerto hay una grabación donde se te ve abordar un avión con destino a Denver.- dijo apartando la mirada de mis ojos.- Por eso estoy aquí... por favor regresa Nina.

Se acercó el mesero interrumpiendo nuestra conversación.

-Selva negra y café americano.- dijo poniendo el pedido frente a mi.

-Gracias.- dije con media sonrisa.

-Selva negra y chocolate caliente.- dejo el pedido frente a Sadja, pero no se fue, se quedó mirándola.

-Gracias.- contestó Sadja de manera indiferente.

-Dime si te es suficiente o si necesitas mas chocolate encima.- dijo el mesero sonriéndole a Sadja.

-Por supuesto.- contesto.- Quizás si no me es suficiente, te permita invitarme un trago cuando salgas de aquí. 

El mesero se relamio los labios y se retiro.

-Vaya.- dije cortando un pedazo de la rebanada del pastel con el tenedor.- Quizas pedirle su número de teléfono no habría creado tanta tensión sexual.- no pude evitar reir ante mi propio comentario.

-No.- dijo alzando los hombros.- Solo es algo de una noche.- sonrió.

Se hizo un silencio incomodo en la mesa.

-Que paso con Nikki?.- tenia que saber que pasaba.

Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora