En mi sistema...

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Emilio García.

La grabadora comenzó a sonar, señal de que se había acabado la batería.

-Espere.- dije sacando una batería de repuesto de la mochila, ella solo me miraba, como si me analizara. Después de unos segundos el foco verde que indicaba que estaba funcionando otra vez comenzó a parpadear.

-Y regreso con el?.- pregunté, apretando el botón de play.

-Tenía que hacerlo.- suspiro.- Me había mordido, parece mentira pero en el momento en que clavo sus colmillos en mi piel.- noté como acariciaba su muñeca con las yemas de los dedos, dos pequeñas marcas eran visibles bajo la luz tenue que iluminaba la sala.- me sentí diferente, además tenia a Sadja con él, sabía que la lastimaría si hacia algo que lo molestara y Nikki.- suspiro.- ella también estaba en peligro.

-Se rindió.- dije con frialdad.- ¿Cómo fue posible Nina?.- Abrí otra caja de cigarrillos y coloque uno entre mis labios, dándole vida con el fuego del encendedor.

Me miro directo a los ojos sin decir palabra, me hizo sentir incómodo y después de un rato volvió a hablar.

Nina Santino.

Velkan me tomó del brazo y sin hacer mayor esfuerzo me levanto de la mesa.

-Tu departamento es acogedor.- dijo acercando su rostro al mío, tomándome por la cintura. Podía respirar su aliento.- Tu cama se siente así de bien?.- preguntó con una sonrisa.

-Púdrete.- dije la palabra lentamente.

-No estas siendo muy amable Nina.- dijo negando con la cabeza despacio.- Quizás sea hora de demostrarte.- tocó el puente de su nariz con los dedos.- a quien le perteneces.

Me cargo sobre su hombro y se dirigió a mi habitación. Yo solo podía golpearlo con mis piernas y brazos. Le di un un golpe con mi rodilla que a cualquiera le habría sacado el aire, pero a el solo pareció hacerle cosquillas. Al llegar cerró la puerta tan fuerte que parecía haberse incrustado en la pared. Toda la estructura tembló, haciendo que el marco de la puerta se agrietara. Me tiró sobre la cama para después posicionarse encima de mí.

-Que crees que estas haciendo?.- intenté quitármelo de encima con desesperación.

-Te enseñaré a respetarme Nina.

Con una de sus manos me tomó por la quijada, de tal manera que apretaba mis mejillas y me besó de manera agresiva, sentía su lengua intentando entrar a mi boca, cerré aún más mis labios.

-Como quieras.- dijo alejándose de mis labios, para empezar a arrancar la ropa de mi cuerpo.

-No Velkan.- sentía las lágrimas formarse en mis ojos.- por favor.- le suplique.

No me escuchaba, sus ojos color sangre recorrían mi cuerpo desnudo una y otra vez, se deshizo de su ropa e intenté huir, pero me tomó del cabello jalándome hacia atrás por lo que cai nuevamente en la cama.

De nuevo aprisionó mi cuerpo con el suyo, con una mano tomo mis muñecas colocándolas arriba de mi cabeza y con la otra tomó su miembro erecto acercándolo a mi zona intima.

-No por favor.- negué rápido con la cabeza.- No lo hagas Velkan.

-Eres perfecta.- susurro en mi oído cuando sentí su miembro entrar en mí.

Grité al mismo tiempo que el gruño al sentirse invadir mi cuerpo sin mi consentimiento. No pude contener el llanto y mis lágrimas parecían no tener fin. Sus embestidas eran fuertes y profundas, con cada movimiento sentía que me quemaba por dentro, sentía que me partía en dos.

-No Velkan!.- grité cuando sus embestidas aumentaban de fuerza.

Sentí como sus colmillos se clavaron en mis senos, el dolor era insoportable. Intenté gritar pero solo salían lamentos de mi garganta, el parecía disfrutarlo. Paso sus labios sobre mis pezones limpiando las gotas de sangre que aun salían de las heridas y posó sus labios sobre los míos, sentir el sabor de mi sangre revolvió mi estómago. Escuché como soltaba una risa ante lo que le parecía divertido.

-Si este es tu concepto de amor, estas muy equivocado. Jamás te amaré Velkan.- dije cuando libero mis labios de su boca.

Sonrió y clavo sus colmillos en la piel desnuda de mi cuello. Ggruñía y sus movimientos empezaron a ser todavía más rápidos, intenté alejarlo, pero solo lograba que bebiera de mi con más euforia y que perforara más profundo mi carne.

Se separó de mi cuello después de unos segundos para soltar un gemido animal, parecía que habían más de dos voces en su garganta, sentí como salía su semen para mojar la parte interna de mis muslos.

-En todo el tiempo que llevo de vida.- posó su mirada en mí, para después pasar su lengua sobre la mordida que tenía en mi cuello.- jamás había experimentado placer igual. Valió la espera cada maldito segundo.- suspiro.- Eres una delicia en toda la extensión de la palabra.

Podía sentirlo correr por mis venas...esa necesidad de la que el habló, era como un hueco en el pecho, lo odiaba, lo detestaba pero mi cuerpo no quería separarse de él. Me sentía humillada, derrotada. Me sentía sucia.

-Es la conexión Nina.- me dijo sonriendo.- Con cada mordida será aún más fuerte, no me detendré hasta que me pidas de rodillas que te de mi sangre, porque no podrás estar ni un segundo lejos de mi.

-Me estas matando poco a poco a Velkan.- dije susurrando, sentía mis ojos hinchados de tanto llorar, algo que parecía que no iba a parar en mucho tiempo.

-Ves esto.- dijo señalando mi cuerpo desnudo, haciendo énfasis en sus mordidas.- Me ayudan a empezar a creer en los finales felices.- su sonrisa sínica me hacía sentir enferma.

Cerré los ojos y me perdí en la oscuridad, con el único deseo de no volver a despertar.

Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora