NEGRO (Versión de Amazon)

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LOS SIGUIENTES TRES CAPÍTULOS SON DE LA NUEVA VERSIÓN QUE ESTÁ A LA VENTA EN AMAZON

De pequeña me enseñaron que la vida sólo es de dos formas: buena y mala; en donde todo lo bueno es color blanco, y todo lo malo es color negro

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De pequeña me enseñaron que la vida sólo es de dos formas: buena y mala; en donde todo lo bueno es color blanco, y todo lo malo es color negro. Me inculcaron que en la vida no existen los quizás, que es ejemplificado por el color gris. No hay quizá, o tal vez en mi vida, ni nada que no corresponda a alguno de los bandos antes mencionados. Para una persona en donde cada emoción la siente como un color diferente es imposible vivir, porque automáticamente te conviertes en una persona sin criterio y te dejas llevar por las emociones.

Una persona de colores es mal vista en mi familia. Lo malo de ello es que me considero un arcoíris a la vista de todos, solo para ocultar que en verdad me gusta el color gris, y las cosas turbias que conlleva eso.

Mi nombre es Romina. Y si me lo preguntan, no es un nombre tan común en mi ciudad. Una ciudad que me vio nacer, crecer y huir... Bueno, huir no era exactamente lo que hacía. Trataba de alejar esos vagos pensamientos que me trajeron al pecado, en las cosas que me hacían feliz pero para mi desgracia eran un tanto complicadas de expresar en una sociedad.

Mi cabello no era como el de las modelos que salen en los vídeos musicales en donde su cabello flota una vez que el auto está en marcha; el mío en cuanto bajaba unos centímetros la ventana se revolvía y parecía como un nido de pájaros. Tampoco conducíamos en una carretera en donde podías ir a una velocidad mínima de 60 kilómetros por hora, y en donde usar el cinturón de seguridad no era preocupación alguna.

Viajaba con mi madre a una nueva ciudad del país por negocios, yo en sí rehuía de mi pasado. De mi grisáceo secreto que nunca podría contárselo a nadie. Por otra parte, para Miranda su trabajo era su todo desde que se separó de papá. Pero yo digo que ya es algo que debió superar desde hace diez años. Tenía ocho años cuando mis padres se separaron. Realmente no me afecto mucho al momento, pensé que tendría todo lo que quisiera por dos: Dos fiestas, dos regalos, dos recamaras... Después mi padre perdió el contacto con nosotras.

Lo malo de todo esto, es que cada tres meses a mi mamá la mandan a otro lugar en donde no hay ventas, en donde tiene que subir las utilidades de la empresa. Eso era algo malo. Malo para mí cuando estaba cursando el último año de preparatoria. Cuando ya tenía terminado un trabajo que me habían pedido para calificación final, llegaba mi madre diciendo que teníamos que irnos a otro lado lo antes posible. Ya ni me inmutaba en hacer tareas que se tenían que entregar para calificación final, ni para los bailes de graduación.

A lo único que tenía que sobrevivir una y mil veces, era a una nueva mudanza, una nueva recámara y por último a una madre el veinte por ciento de su tiempo.

―Créeme, Romi... Te encantará la nueva casa.

―Ya lo creo ―contesté, sin ánimos de nada    

Miré por la ventanilla del avión, y aprecié las luces de la ciudad que abandonaba. De milagro estamos viajando en avión y no en carro como la mayoría delas veces. Sólo quería dormir, escuchar música para arrullarme y caer dormida hasta el nuevo destino. Veía a las nubes evaporarse al contacto con las alas del avión. Que daría porque mis secretos, mi persona y todo pudiera evaporarse con el tacto de mi mano. Todo me recordaba al trágico final que había tenido hacía unos días. Un final indigno de mencionar.

COLORS [EN FÍSICO]Where stories live. Discover now