Capítulo 4: Lullaby of Cain

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NOTAS DEL AUTOR

Lo prometido... 

¡Es deuda! 

AVISO PARA NAVEGANTES: Contenido ligeramente smut/pornográfico en este capítulo. Leed con precaución y alejados y alejadas de personas con problemas del corazón y hermanos/as pequeños/as ;) 

Credits: Illustration by @r_ura_nm (twitter) 


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Abrió los ojos.

El dolor de espalda lo había despertado.

La sala se encontraba a oscuras y fuera no podía percibirse ningún sonido que no fuera el cantar de los pájaros mañaneros. Estaba amaneciendo. Miró su reloj.

Las 6:55 am.

Suspiró pesadamente y se intentó levantar del sillón, sintiendo su cuerpo crujir.

El dolor de cabeza casi lo vuelve a tumbar en el sofá. Los recuerdos de la noche pasada volvían con fuerza a su mente. La mano de aquel androide en su muslo.

Todavía podía incluso sentir su roce.

Su mujer todavía no se había despertado y agradecía haberse levantado él antes, no podía descubrir que se había quedado dormido en el sillón y que había huido de su compañía en la cama.

Porque eso es lo que había pasado. Se había negado compartir cama con su esposa en el estado en el que lo había dejado el joven.

Se sonrojó de nuevo y se sintió tremendamente sucio y asqueado de sí mismo.

Se había excitado y todavía no podía encontrarle una explicación. Lo que sí sabía con seguridad es que Katherine nunca se iba a enterar.

Decidió reunir fuerzas para levantarse sobre sus pies y caminar hacia la cocina para tomar un poco de zumo de naranja directamente de la botella. Bebió una gran cantidad, por la deshidratación que presentaba por la ingesta de alcohol. Se sintió incluso mareado por la resaca. Maldijo en voz baja.

Se limpió la boca y la barba con el brazo, y se apoyó en el poyo de la cocina. Sus pensamientos se encontraban desordenados y alterados. Suspiró fuertemente y decidió subir escaleras arriba y dar con su mujer en la cama.

La habitación estaba a oscuras y se quedó en el umbral de la puerta, mirando hacia el interior. Podía ver el rostro de su esposa entre el algodón de la almohada, ligeramente tapado con un poco de su cabello castaño; parecía descansar plácidamente. Su cuerpo se dejaba entrever entre las sábanas, aquella hermosa silueta que tanto deseaba.

Apoyó su cabeza en el marco de la puerta, y siguió observando a su mujer dormir, analizando su respiración.

Nunca se perdonaría hacerle daño. Katherine siempre había sido un ángel, su salvación. ¿Qué sería de él si ella decidiera irse de su lado?

Estaría completamente perdido.

Pero, entonces... ¿por qué se sentía perdido en ese mismo instante?

Intentó distraer a sus inquietantes dudas y recorrió lentamente los pasos que lo separaban de la cama mientras se desabotonaba la camisa y la dejaba tirada en el suelo. Se recostó en el colchón con mucho cuidado, intentando no despertar a su bella durmiente.

Forbidden [HANK x CONNOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora