17.⚡

6.8K 352 10
                                    

Criatura del bosque.

Oni!Denki
Deidad!Reader
OoC

El gran Oni andaba por los lares de un viejo bosque, con su enorme garrote recargado en su hombro, en camino a un hermoso lugar donde abundaba el agua más pura del lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El gran Oni andaba por los lares de un viejo bosque, con su enorme garrote recargado en su hombro, en camino a un hermoso lugar donde abundaba el agua más pura del lugar.
Allí lo esperaba la mística deidad del río, un ser que le fué otorgado el título de "Dios del manantial".
El rubio demonio se sentó al borde de aquel manantial, sin tocar el agua cristalina y dejando su garrote a su lado, esperando la aparición de su amada deidad.

Y allí estaba, una joven criatura mística de cabellos blancos que terminaban en azul y sus "puntas" se mezclaban con el agua, un hermoso kimono tradicional blanco con hermosos detalles azules, sus hermosos ojos azules cual zafiros. Mientras pequeños peces "flotaban" a su alrededor. Se acercó al Oni para detenerse enfrente suya y tomar su rostro para proporcionarle un delicado beso en sus labios.
La deidad se sentó al lado del Oni, admirando aquel manantial cristalino y bien cuidado por la Deidad.

— ¿Los haz visto?... - La dulce y suave voz de la deidad llegó a su oído, la deidad hablaba en leves susurros. - ¿Que haz visto?... - Preguntó curiosa, mirando al demonio a su lado que miraba entrenezido al agua cristalina.

— Hoy no fuí, Eijirō fué en mi lugar. Preferí estar a tu lado que ir a ver a los humanos. - Comentó con desgano, Denki no era "amigo" de los humanos, por eso le cedía su lugar a Eijirō, otro Oni que era guardian del gran bosque junto a Denki y el gruñón Kitsune, Katsuki.

— Oh, eso es muy lindo. Pero, prometiste ir para contarme sobre ello, Denki. - Comentó la deidad de nombre (Nombre). Levantándose de su lugar para ir al manantial, caminando sobre el agua y jugando con la pocas carpas que tenía.

El místico demonio se levantó de su lugar y tomó su garrote, le molestaba el no cumplir sus promesas a su deidad pero le molestaba demasiado lo humanos, simplemente no los podía ver.
Caminó hasta el manantial, para que la deidad le diera permiso de caminar en el. Y con el permiso se acercó a la diosa para incarse enfrente suya y perderse en sus ojos cual zafiros.
El rubio tomó el perfecto rostro de la deidad para besar sus labios pintados de un azul claro, separarse de ella y mostrar una sonrisa pícara.

— ¡Muy bien! - Habló decidido el Oni, levantándose junto a la deidad. Habló con entusiasmo. - ¡Lo haré por tí! Esta vez, cumpliré mi promesa por tí, (Nombre).

— Gracias, Denki. - Comentó con una sonrisa la diosa.

Y ambos terminaron por unir sus frentes, mientras el agua cristalina emanaba un bello brillo azul y los peces y las carpas danscaban al alrededor.

— 🌻 —

La deidad salió del agua, el rubio demonio no se presentó el día de hoy y no hizo su guardia en el manantial.
¿Guardia en el manantial?...
Sí, el demonio del rayo hacia guardia en el bosque y el manantial, para vigilar a la deidad que no fuera a los límites del bosque.
La deidad caminó por los rumbos del bosque, admirando las bellas criaturas y uno que otro Yokai.
Tomando rumbo al límite del bosque, llegó a su destino.
Admirando el paisaje urbano de una pequeña villa, esa villa odiaba los Yokai.
Caminó por aquella pequeña pradera para quedarse quieta admirando aquella villa en la noche, su curiosidad aumento al escuchar unas risas y siguiendo aquel sonido encontró a unos jóvenes niños.
Jugando con una pelota inflable.

La deidad miraba encantada a los jóvenes niños, la pelota inflable se dirigió a su escondite y uno de los jóvenes caminó y vio a la deidad.
Pero en vez de asombrarse, el joven se asustó, y sus amigos fueron hacia el mirando con miedo a la deidad, parecía un fantasma por su banca piel, su kimono blanco y su largo cabello blanco.
La deidad miró con poco susto a las niños que habían salido corriendo pidiendo ayuda, alertando a los humanos que habían salido de sus hogares mirando a la deidad, y los hombres tomaron trinches y antorchas, amenazando a la diosa que miraba espantada.

— 🌻 —

El demonio del rayo caminaba al manantial, se sentó dejando su garrote a su lado.
Esperando la aparición de su amada deidad, miraba el agua cristalina y los peces que danscaban en ella.
Pero su deidad no apareció, extrañado siguió esperando.
Hasta ver qué aquella agua cristalina dejaba de brillar y se tenía de verde oscuro, el Oni se levantó tomando su garrote. Miraba horrorizado la escena.
No podía ser posible...

Corrió con prisa a la frontera del bosque, con total preocupación de que su deidad haya sido dañada.
Llegó a la frontera mirando aquella villa, aquella villa tenía antorchas y trídentes, exclamando a gritos a un "malvado" Yokai.
El Oni miró con horror la escena, su deidad estaba tirada en el suelo, y un líquido escarlata tenía su kimono y su cabello se tenía de negro.
Aquellas carpas y pequeños peces que bailaban a su alrededor tirados en el frío suelo sin moverse.
Le arrebataron la vida a una bella deidad.

El Oni corrió al cuerpo de su deidad para tomarla en sus brazos, mirando con horror y tristeza su rostro manchado de carmesí.
Y con odio observó a los humanos enfrente suya, que veían con horror al demonio del rayo enfrente suya.
Con tristeza besó por última vez los, ahora, fríos labios de su deidad.
Para levantarse y tomar con furia su garrote, el cual comenzaba a liberar descargas eléctricas.
Apuntó con su pesado garrote a los seres enfrente suya, los cuales retrocedían.
Y del cielo cayeron rayos encima de la villa, los cuales encendían los hogares de los humanos.
La mayoría de las mujeres corrían asustadas a sus hogares gritando por sus bebés o sus hijos, pero cuando llegaban las casas se derrumbaban.
Apuntó a de nueva cuenta y todos los humanos salieron corriendo por su preciada vida, pero un potente rayo los alcanzó, lanzando los lejos.
El Oni miró a su deidad, la tomó en brazos y caminó por la villa en llamas descargando su ira en los insignificantes seres del lugar.

¿Porque su deidad?

Tan bella como para morir...

「 Escenarios 」Kaminari Denki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora