Dylan Stewart, un joven de 15 años, se enfrenta a su primer año en un instituto nuevo. Acostumbrado a una vida controlada y estable, su mundo cambia cuando conoce a Luke Flynn, el otro chico nuevo del instituto, con una cara bonita y una personalida...
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Cuatro meses... Cuatro meses han pasado desde aquel horrible accidente, y por desgracia cuatro meses que Dylan lleva ya en coma. Aun así, después de tanto tiempo, Dylan sigue sin despertar, pero a pesar de eso no he dejado de venir a verle en todos estos días, hiciera frío, calor, lloviera o granizase, no he dejado de venir a verle cada día. Y a mirar su preciosa cara.
Siempre que venía, me sentaba en su cama, le agarraba fuerte su mano, me reclinaba hacia él, y le susurraba al oído entre lágrimas.
—Dylan por favor despierta... Te necesito... Sin ti no soy nada, por favor, despierta— dije entre lágrimas en el segundo mes de espera.
En cuanto a mi brazo, ya estaba completamente curado, pero Dylan seguía igual, a pesar de haber pasado cuatro meses, aproximadamente 120 días, en los que le suplicaba a Dylan que se despertase entre lágrimas, y le rezaba a Dios desesperado que ocurriera un milagro para que despertase, no se despertaba.
—Por favor, devuélveme a Dylan, por favor haz que se despierte... Haré lo que sea pero por favor haz que se despierte— decía mientras de rodillas, a los pies de la cama de Dylan y mientras sostenía su mano, le rezaba a Dios pidiendo que me devolviera a Dylan.
Cada día, como siempre, terminó llegando la noche, y me llegaba la hora de irme a casa, y en ese mismo momento, saliendo por la puerta al girar el pomo de la puerta para cerrarla, dejaba la puerta entre abierta y desde la distancia, lo miraba.
—Sigo aquí, y siempre lo estaré— decía mientras le mandaba un beso desde la distancia cada vez que me iba entristecido por no poder ver a Dylan.
Estos cuatro meses fueron muy duros sin Dylan, pero por suerte contaba con el apoyo de Luke, que al fin había cambiado y cada día que me sentía mal, mis amigos: Percy, Sofia, Alex, me apoyaban, pero él, me hacía sentir mejor.
Cada noche que me pasaba triste o deprimido él me consolaba y me animaba. Yo me sentía bastante dolorido, y lloraba cada noche pidiendo al mundo que despertará Dylan, que me devolviera al amor de mi vida que tanto me había costado encontrar. En esas horas de la noche, Luke pasaba por en frente de mi habitación y me oía llorar y al oírme, entraba en mi habitación y me veía tirado en el suelo de mi habitación entre lágrimas y sufriendo. Al verme así, entraba y me levantaba despacio, me cogía en sus brazos, me tumbaba en mi cama y me tapaba mientras me abrazaba para consolarme, se acercó a mi oído.
—Matt, sé que estás sufriendo mucho por Dylan, y yo también pero así no es como él querría verte— dijo también triste— No te preocupes despertará, solo se está echando una de sus largas siestas— dijo intentando hacerme reír mientras una lágrima recorría lentamente su rostro pálido.
Eso me hizo sonreír, y mientras nos mirábamos y sonreíamos, Luke me abrazó para tratar de consolarme.
—Superaremos esto juntos ¿vale?— me dijo mientras cerraba los ojos entre lágrimas.
—Vale— respondí también entre lágrimas.
*FIN DEL CAPÍTULO*
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Hasta aquí el capítulo de hoy ¿Qué pasará a continuación? Lo averiguaremos en el siguiente capítulo. Espero que os este gustando la historia. Si te gusta o no este capitulo o la historia por favor vota o comentarlo, esos mensajes me sirven para saber en que mejorar o no. Hasta la próxima lectores, gracias por apoyar y hacer la historia posible y gracias por seguirme y darme una oportunidad, un saludo.
