Dylan Stewart, un joven de 15 años, se enfrenta a su primer año en un instituto nuevo. Acostumbrado a una vida controlada y estable, su mundo cambia cuando conoce a Luke Flynn, el otro chico nuevo del instituto, con una cara bonita y una personalida...
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Todo lo que importaba dejo de hacerlo en un suspiro, mientras pensaba en que nada era más importante que Dylan. Era la hora de la comida, y me encontraba junto a la madre de Dylan intentando animarnos mutuamente para no entristecernos.
Mientras nos encontrábamos sentados, comiendo de manera imposible debido al nudo que se nos había formado en el estómago, ya que estos días no habían sido fáciles y ya que el suspense por saber si Dylan estaría bien no nos dejaba comer.
Fue en ese mismo instante, en el que pensé en él, cuando nos avisaron de que iba a estar de vuelta en quince minutos en su habitación y al recibir esa información, la señora Stewart y yo intercambiamos miradas y recogimos todo a una velocidad de vértigo.
Tras recoger toda la mesa en aproximadamente unos trece segundos, corrimos hacia el ascensor para subir hasta la planta de la habitación de Dylan. Recorrimos rápidamente el pasillo hasta terminar en la habitación de Dylan, abrí la puerta y tomamos asiento impacientes mientras esperábamos a Dylan, y noticias de él.
La espera fue eterna... Y a cada segundo que pasaba intentaba encontrar razones que me dieran esperanza para que Dylan se despertase, a pesar de que según nos informó el doctor era muy difícil, yo confiaba en que Dylan lucharía y saldría ganando.
Pasados cuarenta minutos, llamaron a la puerta varios enfermeros y el doctor. Nosotros nos encontrábamos dormidos debido a que como estaban tardando mucho decidimos echar una cabezada, y al oír los golpes en la puerta, abrimos los ojos, nos levantamos del sofá y corrimos hacia la puerta.
Fuera nos esperaban varios enfermeros, el doctor y finalmente en la camilla Dylan, aún dormido. Le posicionaron en su sitio de la habitación, y pusieron todos los conductos y bolsas que llevaba insertados en los brazos. Terminaron de colocar a Dylan e inmediatamente preguntamos al doctor por su salud.
-Doctor ¿Dylan se va a despertar?- preguntó su madre desesperada en nombre de los dos.
-Le hemos inyectado adrenalina para contrarrestar los efectos de la anestesia y ver si despierta, debe saber que si Dylan consigue luchar, terminará despertando, pero todo depende de lo que pueda aguantar- contestó el doctor dando a decir que no tenían nada más que hacer.
-Es decir, que Dylan ¿tiene posibilidades de despertar?- pregunté emocionado por escuchar la mejor noticia del día.
-Todo depende de cuanto le recuerden las razones por las que debe luchar, inconscientemente les oye, a pesar de estar en coma, así que posiblemente si le recuerdan lo mucho que le quieren o intentan cualquier cosa para hacer que despierte, tendrá más posibilidades, pero ahora todo depende de él- contestó el doctor mientras lo miraba.
Y se fue... Simplemente el doctor se fue y ahí nos quedamos con Dylan, ella le cogió de una mano y yo de otra, nos quedamos con él como nos dijeron. Cada vez que podía le recordaba, que le quería entre lágrimas, le suplicaba que despertará, que mi vida sin él no tenía sentido. Le cogí de la mano y su madre y yo nos quedamos dormidos junto a él en la cama, hasta que una brisa me despertó.
*FIN DEL CAPÍTULO*
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Hasta aquí el capítulo de hoy ¿Qué pasará a continuación? Lo averiguaremos en el siguiente capítulo. Espero que os este gustando la historia. Si te gusta o no este capitulo o la historia por favor vota o comentarlo, esos mensajes me sirven para saber en que mejorar o no. Hasta la próxima lectores, gracias por apoyar y hacer la historia posible y gracias por seguirme y darme una oportunidad, un saludo.
