Dylan Stewart, un joven de 15 años, se enfrenta a su primer año en un instituto nuevo. Acostumbrado a una vida controlada y estable, su mundo cambia cuando conoce a Luke Flynn, el otro chico nuevo del instituto, con una cara bonita y una personalida...
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DYLAN STEWART
Estaba confuso, todo estaba oscuro, no recordaba nada, y sin saberlo desperté en una cama blanca de hospital, con mi madre y Matt a los lados de esta, y extrañado pregunté por dónde estaba, pero me era muy difícil.
-¿Ma... Matt?- pregunté muy dolorido
-Sí Dylan, ya estoy aquí, estamos aquí contigo, te hemos echado de menos- dijo Matt entre lágrimas aparentemente de felicidad.
No sabia que había pasado y estaba confuso, pero estaba seguro de que nada bueno había pasado. Llegó la noche, y ni Matt ni yo podíamos dormir, así que me lo contó todo, y me quedé boquiabierto.
Un accidente, sufrí un accidente y salí vivo, aunque no me acordaba nada, lo que si sé es que había estado mucho, mucho tiempo en coma, y Matt estuvo todo ese tiempo conmigo, por lo que descubrí que Dylan era realmente el novio perfecto. Nunca jamás encontraría a nadie así.
También, en ocasiones, me llegaban pequeños fragmentos de lo que parecían recuerdos de mi madre y Matt llorando y pidiendo que me despertase. Cuando me dieron de alta y salimos del hospital, nos fuimos al aparcamiento del hospital para ir a casa de vuelta en coche.
Casi no podía entrar en el coche sin ayuda, pero por suerte tenía a mi madre y a Matt. Llegamos a casa después de un largo viaje, ya que el hospital estaba lejos de nuestra casa, porque cuando ocurrió el accidente nos trasladaron corriendo al hospital más cercano.
Finalmente, llegamos a casa, por fin después de tanto tiempo, al fin en casa. Abrí la puerta, y debieron de correr la voz sobre mi regreso, porque nada más abrir la puerta, un fuerte grito me sorprendió.
Eran todos mis amigos y familiares, habían estado esperando mi regreso. Estaban: Sofia, Percy, Alex, Steve, y hasta Luke, que a pesar de haber sido enemigos en el pasado, ahora le aceptaba como otro amigo más, y también había muchos familiares entre los que se encontraban: mis tíos, primos, abuelos, etc...
En aquella fiesta, comí mucho, porque según dijo el doctor no había comido nada y me debía encontrar hambriento tras todo este tiempo, porque a pesar de que me inyectasen las proteínas y demás para que pudiera seguir vivo, me hacía falta comer, mucha falta.
Recuerdo que comí demasiado, y que jamás había comido así en mi vida. Estuve hablando con muchos aquel día, dado que todos me echaban de menos y querían saber como me encontraba.
Pero nunca dejé de pensar en donde estaba Matt en todo ese tiempo, y no le había visto desde que llegamos a casa. Le pregunté a mi madre por él, y me contestó que se había ido a su casa, por que sus padres no lo veían desde mucho tiempo, por estar conmigo en el hospital.
Terminó la fiesta, y recibí muchísimas cartas, dinero, aunque sigo sin saber porque dinero pero bueno no hay nada que el dinero no cure. Pero el dinero nunca fue lo importante, no dejé de preguntarme porque Matt no volvía. Y cerca de las siete de la tarde, recibí un mensaje de Matt, que decía lo siguiente:
~Dylan, siento no haber podido estar hoy contigo en la fiesta, pero te he preparado algo especial en el parque, nos vemos allí a las ocho, no faltes~
Le enseñé el mensaje a mi madre y sin dudarlo dijo que sí, supongo que después de haber estado tanto tiempo en coma, seria muchísimo más permisiva conmigo. Lo único que me dijo fue que me lo tomará con calma por que no estaba al cien por cien aún. Así que la hice caso. Cogí el autobús y me dirigí al parque.
Cuando llegué vi a Matt sentado en una mesa con Sofia y Percy. Antes de llegar, Matt me vio aproximándome e inmediatamente se levantó para estar más cerca de mí y me ayudó a sentarme en la mesa. Estuvimos hablando más relajadamente todos aquella tarde.
-¿Que tal todo, estás mejor?- me preguntaron Percy y Sofia.
-Bien, ahora me encuentro mejor- contesté tratando de parecer mejor a pesar de que me estaba costando recuperarme.
-Qué alegría- contestó Sofia mostrando un rostro de felicidad.
-Me alegro de que estés mejor, lo único que te has perdido cosillas- dijo Percy entre risas.
-¿Qué me he perdido?- respondí entre risas.
-Te perdiste a la señorita Potts bailando como loca intentando ligar con Higgins en la reunión de profesores- contestó riéndose Sofia.
-Un momento ¿Potts la de matemáticas, con Higgins el de ciencias?- pregunté riendo a carcajadas.
-Sí -respondió Sofia, también riéndose.
-¿Y hay alguna pareja inesperada a parte de ellos que no me haya enterado?- pregunté aún riéndome.
-Sí- contestaron ambos mientras se miraban.
-¿De verdad, quién?- pregunté, esta vez sin reírme porque vi que las risas terminaron.
-La nuestra- contestaron mutuamente Percy y Sofia al unísono.
En ese momento, me alegré por ellos, hacían buena pareja, y los dos se querían, les irá bien, y acabado el día, llegó la noche. Percy y Sofia se tuvieron que ir, y finalmente, Matt y yo nos quedamos solos, tumbados en el césped en mitad de la noche como en nuestra primera cita.
Casi toda la noche estuvimos tumbados cogidos de la mano, ya nada más importaba en ese momento, solo nosotros. Vi que Matt se reclinó hacia delante, así que yo también me recliné. Nos quedamos embobados mirándonos, nos acercamos poco a poco y nos besamos con pasión
Mientras nos besábamos, Matt me frotaba los brazos, incluyendo también la herida que se me formó por el coma, que quedó como prueba de que nuestro amor era imparable, de que nuestro amor podía mover montañas, y de que estaríamos ahí uno para el otro siempre que hiciera falta.
Y en ese momento ambos supimos que nos querríamos para siempre, en los buenos y en los malos momentos. Y contemplaríamos nuestro hermoso cielo estrellado juntos por siempre.
-Matt- dije mirándole.
-Dime- contestó.
-Aunque los días sean duros, y después de cada golpe...- recité parte de un poema que nos inventamos.
Matt sonrió y terminó el poema- nosotros siempre estaremos, juntos cada noche -.
Y hasta aquí mi historia de amor ¿Cuál es la tuya?...
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