Capítulo 30

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Pasó la tarde, y tras pasar casi todo el tiempo de aquel maravilloso día tumbado en la gélida hierba del parque, finalmente llegó la noche y no podía parar de pensar en el miedo de aquel momento, no era ni la oscuridad, ni las extrañas personas qu...

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Pasó la tarde, y tras pasar casi todo el tiempo de aquel maravilloso día tumbado en la gélida hierba del parque, finalmente llegó la noche y no podía parar de pensar en el miedo de aquel momento, no era ni la oscuridad, ni las extrañas personas que caminaban por esas horas, sino un miedo mayor, el único miedo que cualquier persona experimentará durante toda su vida es el miedo a perder a alguien amado. Agarré su mano, y el miedo desapareció bajo la luz de miles de estrellas.

Nos dirigimos de vuelta a mi casa, cogimos la linea 3 del autobús, y en aproximadamente unos quince minutos nos dejó en frente de mi casa y Dylan llamó a su madre para comentarla que se quedaría conmigo a cenar. Pedimos unas pizzas y ayudamos a mi madre a poner la mesa.

—Gracias por la cena señora Bennett— dijo Dylan agradecido por la cena.

—No hay de que Dylan— contestó mi madre.

Recogida la mesa y llenos de pizza, mi madre decidió llevarnos a las fiestas de mi pueblo, que estaba muy cerca. Estuvimos haciendo de todo, comimos patatas fritas con salchichas, montamos en una noria de la feria que estaba a dos kilómetros y miles de cosas más. Aquella noche fue mágica, o eso pensaba hasta que nos fuimos.

Cuando volvíamos por la carretera principal a casa, mi madre iba al volante, y en los asientos traseros, Dylan y yo. Estaba oscuro, era medianoche, hacía mucho frío, y no pasó ni un solo coche en toda la noche.

Faltaban cinco minutos hasta llegar al barrio, pero de repente, mi madre vio una luz en el final de la carretera que venía en el carril contrario, cada vez era más cegadora y cuando se puso a nuestra altura, comenzó a ladearse y a tambalearse. De repente, giró hacia la izquierda y volcó, eso fue lo último que recordaba junto con una imagen en mi cabeza de mi madre gritando y Dylan asustado, agarrando mi mano. Todo estaba oscuro y hacía frío, eso es lo máximo que recuerdo antes de perder el conocimiento

Cuando me desperté, fue en el hospital con mi madre sentada en un sillón que había al lado de la camilla. En ese momento, extrañado y confuso le pregunté a mi madre, que sostenía hielo en su cabeza, concretamente en una herida que tenía en la frente. La miré y estaba llena de heridas y moratones.

—¿Ma... Mamá?¿Qu...Que ha pasado?— pregunté tartamudeando y hablando costosamente debido a mis heridas.

—Oh dios mío, mi vida— dijo mi madre entre lágrimas mientras me abrazaba.

—Mamá ¿Que ha pasado?— seguí preguntando.

—Era de noche, y estaba muy oscuro, un coche que venía en sentido contrario, volcó y se estrelló contra nosotros, intenté evitar el golpe, pero aun así nos hizo volcar, y los que más sufristeis fuisteis tú y Dylan, y en cuanto al otro conductor, los forenses encontraron su cadáver en el río que pasaba por al lado, y lo examinaron. Era un hombre de 35 años que conducía borracho— explicó mi madre detalladamente.

—Un... Segundo ¿Dón...Dónde está Dylan?— pregunté muy preocupado por Dylan.

Mi madre parecía aliviada por saber que estaba bien, pero su rostro se entristeció de repente, y comenzó a llorar. Y sin saber que estaba ocurriendo, comencé a preocuparme.

—Ma...Mamá ¿Dón... Dónde es... Está Dylan?— pregunté de nuevo mucho más preocupado mientras me reclinaba dolorosamente.

—Cariño, lo siento mucho— dijo mi madre llorando

En ese momento me temí lo peor, y mis peores sentimientos surgieron, los más destacados miedo, por no saber que le había ocurrido: ira, tristeza, soledad, y muchas más.

Intenté levantarme para ir a verle, pero no podía debido a que me había fracturado el brazo y había recibido contusiones en el hombro, en la espalda y en la pierna, debía pasar un día para que me pudieran dar el alta y poder al menos levantarme de la cama.

—¡No cariño, siéntate!— exclamó mi madre mientras me volvía a tumbar.

—¡No! ¡Qui... Quiero ver a Dylan! ¿Dón... Dónde está Dylan?— pregunté por última vez.

—Dylan está en el quirófano— contestó mi madre entre lágrimas.

*FIN DEL CAPÍTULO*

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Hasta aquí el capítulo de hoy ¿Qué pasará a continuación? Lo averiguaremos en el siguiente capítulo. Espero que os este gustando la historia. Si te gusta o no este capitulo o la historia por favor vota o comentarlo, esos mensajes me sirven para saber en que mejorar o no. Hasta la próxima lectores, gracias por apoyar y hacer la historia posible y gracias por seguirme y darme una oportunidad, un saludo.

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