"可ピツォ1"

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____________________________3 de octubre del 2018____________________________

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3 de octubre del 2018
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|「 START」|
                

El día estaba despejado, la ciudad se encontraba en una profunda tranquilidad, el olor húmedo del rocio de la mañana estaba en el ambiente y en un pequeño departamento, centrado en la plaza del mismo Tokyo, se encontraba una pareja, ambos acostados sobre la cama cubiertos por las blancas sabanas.

Uno y otro eran los delgados rayos de luz que atravesaban las cortinas,  dando de manera directa en el rostro de ambos jóvenes.

—Ummm.. Kaa-chan, apaga la luz.

Entre sueños el pequeño peli verde se quejó moviéndose como un gusano y escondiéndose debajo de las sabanas para seguir evitando el contacto de luz.

—Tch, maldito sol—se quejó colocando un brazo sobre sus ojos— no te levantes, iré a cerrarlas.


Suspiró bajo por tener que ir a solucionar el problema, se sentó en la orilla de la cama rascandose la cabeza por la molestia, miró la distancia con fastidio y se levantó caminando hacia la ventana tomando la cortina para deslisarla impidiendo que otro poco de luz entrará.


Al no percibir más luz alrededor Izuku levantó de manera tímida las sabanas observando a su "novio", formó un pequeño hueco con ellas solo podiendo mostrar su ojo, sonrió y estiró su mano en el aire.

El rubio al ver aquella reacción, trato de no sonrojarse, sin duda esas acciones le encantaban, ¡oh vaya que lo hacian!, no dudo y sonrió con arrogancia acercándose para tomarla volviendo a la cama.


—Me encantaría estar asi siempre, pero, debemos ir por un baño, ¿no crees?, se hará tarde.

—Hmp, y ¿de quién crees que es la culpa?, ¿quién tiene la culpa de que no pueda salir de la cama?.

Izuku al escuchar eso bajó el rostro y empezó a jugar con sus dedos.

—No lo se..

—¡Oh!, ¡claro que lo sabes!, ahora hazte responsable.

Sin ninguna otra queja él escondió su rostro en el pecho del de ojos carmín mientras unía sus dedos fuertemente aspirando el suave olor a menta producto del nuevo jabón.

En cambio por el otro lado, Katsuki atrapó la cintura del menor entre sus brazos, apegando más sus cuerpos en un toque posesivo y protector, o como él decía "ofreciendole seguridad", agachó su cabeza y escondió su rostro en el cuello contrario, aspirando su aroma.

—Me haces cosquillas..

—¿A que hora empieza tu clase?.

—Exactamente en una hora.

—Te llevaré.

—No te molestes.

—No te estoy pidiendo permiso, solo lo haré.

—No se te puede decir que no, ¿verdad?, esta bien.

Ambos se separaron para observarse directamente a los ojos, el dedo pulgar del rubio viajo desde el cabello del chico, paso por sus mejillas y llegó hasta sus labios, esos pequeños labios rosados entreabiertos que aclamaban a gritos un poco de atención, acarició el labio inferior para luego bajar hasta su mentón y alzarlo, uniendo ambos labios como un encaje de piezas de rompe cabeza que se complementaban entre ambos.

El pecoso se estiró colocando sus brazos alrededor del cuello ajeno acercandolo más, uno y otro los toques en sus cuerpos empezaron a subir su temperatura, las mordidas y las guerras de lengua era lo básico para ellos, pero terminaron por detenerse al escuchar el molesto sonido de la alarma.

—Tch, maldito reloj.

—Tranquilo luego seguimos, vamos es hora de irnos.

—Prepárate haré el desayuno.

—Vale.

Se separaron saliendo de la cama a preparar todo, a cumplir con sus funciones de siempre, pero siempre empezando el día de esta manera, ¿el hecho?, para que todo salga de maravilla en el transcurso hasta que caiga la noche.

Ambos llegaron a lo que era la academia del peli verde, un centro reconocido por todo Japón al ser solo los alumnos de alto nivel entrar a aquellas instalaciones, el oji carmín se sentía muy orgulloso al ver que su novio era uno de los primero en aquella academia, se acercó lo suficiente para detener su moto en la entrada.

—Llegamos, quítate con cuidado el casco y baja.

—Gracias por traerme.

—Te recogeré después de ir al trabajo.

—No quiero molestarte.

—No te estoy pidiendo opinión, ¡tch!, solo lo haré, así que esperame.

—Si, si, ya escuché, te espero.

Izuku terminó por devolverle el casco,  acomodó su mochila en su espalda y se agachó a la altura de Bakugo,  levanto la parte de adelante del casco dando un beso en los labios contrarios.

—No quiero que te tardes.

—Lo que digas, te veo en la salida, te quiero.

El pecoso giró sus tobillos y camino con dirección a la puerta principal, despidiéndose con mano en alto de aquel chico, quizás no era por exagerar pero Midoriya Izuku había llegado a su mundo, expandiendo sus horizontes y queriendolo tal como era, su forma de ser amable y adorable fueron uno de sus puntos bajos, junto con su sonrisa y determinación ello fue lo que terminó por enamorarlo.

Lo amaba, claro que si, daría su vida por él, y es eso exactamente lo que siempre hacia, él se encargaba de trabajar para poder mantener a ambos mientras Izuku estudiaba, ese fue su acuerdo, el trabajaría mientras su novio no dejaba los estudios.

Yo también.

Se acomodó el casco y encendió la moto arrancando de prisa, el sonido del motor fue lo que escuchó a continuación, esa era la vida de Bakugo Katsuki un chico de 22 años, comprometido con un futuro incierto, que amaba a su pareja y aunque tenia problemas de personalidad, por sus fuertes expresiones y su temperamento agresivo, sin duda la ilusión de un futuro brillante se acercaba en su camino, una ilusión de vivir y ser feliz con la persona que realmente amaba, una ilusión tan grande como su maldito ego, dar todo y esperar más, aquello era una brillante ilusión al final del camino.

|「COMIENZO」|


YOU'RE TOXICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora