|Prohibido| Tony Stark / Iron Man y tú

30. |Entre las sábanas| +18

ATENCION: Este capitulo tiene contenido ALTAMENTE EXPLÍCITO  así que si te incomoda o no deseas leerlo salta a partir de la parte indicada +++++18++++ hasta el próximo capítulo. Gracias!

|Entre las sábanas|

-Banks... ¿Qué haces aquí?, Alguien podría verte-. Preguntó Tony rápidamente mirando alrededor como si yo ya no lo hubiera hecho.

-Alguien definitivamente va a verme si no me dejas pasar-. Le respondí a lo que él me tomó del brazo y me hizo entrar en la habitación para cerrar la puerta luego.

-¿Qué haces aquí?-. Preguntó él... esa era una buena pregunta a la que no tenía una buena respuesta, no tenía idea de que estaba haciendo aquí parada, había sido un mero impulso el que me había hecho venir casi corriendo en dirección al hombre que estaba parado frente a mí, había algo en él, algo que sería imposible explicar con palabras, una fuerza casi magnética que me atraía a su lado, era imposible no sentirlo cuando estaba cerca de él o anhelarlo cuando nos encontrábamos lejos.

-Dijiste que te sentías solo... pensé que necesitabas algo de compañía-. Le respondí, encogiéndome de hombros y caminando por la habitación pero por alguna razón Stark no parecía demasiado contento con la idea, se quedó ahí casi petrificado sin moverse.

-______________ no debiste venir-. Me dijo al fin con un rostro preocupado.

-Pensé que eso querías-. Le respondí acercándome.

-Si pero... no sé lo que me pasa yo...-. Empezó a decir cosas sin sentidos y luego se detuvo a mirarme -Sabes que te vas a arrepentir de esto-. Me dijo al fin examinando cada uno de los gestos de mi rostro para ver mi reacción pero yo negué con la cabeza.

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-Yo no voy a arrepentirme ¿y tú?-. Le pregunté devolviéndole la responsabilidad a él cruzandome de brazos y ahora expectante a una respuesta de su parte, en cambio Tony rió.

-Cariño, yo no me arrepiento de nada-. Dijo al fin con una media sonrisa antes de acercarse a mí y tomarme entre sus brazos sin pensarlo dos veces para besarme, no podía explicar como anhelaba el sabor de sus labios, el sentimiento que generaba tenerlo cerca de mí, era aterrador de solo pensar lo mucho que necesitaba besarlo, sentirlo, estar cerca de él. Con las palmas de mis manos exploré su pecho suavemente mientras que sus labios se unían al unísono con los míos -No tienes idea de todo lo que me has hecho...-. Susurró como si hablara para sí mismo pero aún así pude escucharlo.

-Y tú a mí...-. Le respondí acariciando su cabello oscuro y suave para luego bajar mis manos a los pequeños botones de su camisa para comenzar a desabotonarlos y así proceder a deshacerme de su camisa que cayó al suelo. Perfecto se quedaría corto a la hora de describirlo, además la manera como me miraba en ese momento me hacía hervir la sangre.

-¿Estás segura de esto?-. Me preguntó de nuevo.

-¿Cuántas veces planeas preguntarmelo?-. Le dije rodando los ojos, haciéndolo sonreír.

-Solo quiero que sepas dónde te estás metiendo... no quiero meterte en problemas-. Agregó con algo de miedo en el tono de voz.

-No tengo cinco años Tony... además sabía que habría problemas desde el primer día que entre a tu oficina y te ví ahí con esa sonrisa de cínico -. Le respondí deslizando mis dedos por su pecho, haciéndolo reír con mi comentario.

-¿Ah sí?-. Me preguntó divertido volviendo a besarme de manera un tanto más agresiva -Así que tengo sonrisa de cínico...-. Repitió burlándose mientras volvía besarme, demonios... era adicta a sus labios ; sus caricias por otro lado, se fueron desviando por mi espalda hasta el borde de mis pantalones los cuales no tardó en bajar por completo.