|Prohibido| Tony Stark / Iron Man y tú

38. |El sonido del jazz|

|El sonido del jazz|

-Oh...por ...Dios...-. Escuché a Jess junto a mí mientras que la veía palidecer, a veces olvidaba con quienes trabajaba y lo importantes que eran.

-Ella es Jessie ¿No es así?-. Preguntó Peter señalándola -¿Se encuentra bien?-. Agregó burlándose un poco por la chica a la cual creo le faltaba la respiración, mientras que el se bajaba del auto seguido de los otros dos.

-Sabe mi nombre-. Dijo ella jalandome el brazo, estaba empezando a cuestionar si había sido una buena idea traerla a este paseo -Y ese es...-. Agregó mirando al rubio que había venido al volante completamente hipnotizada mientras que el caminaba en nuestra dirección, tenía que admitir que aunque estaba molesta con él, tener a Steve Rogers delante no es algo que pudiera pasar desapercibido cuando el hombre era casi perfecto.

-Banks ... -. Saludos Steve con un pequeño asentimiento de la cabeza.

-Hola-. Le respondí de igual manera, asumo que no estábamos en los mejores términos del mundo después de que el insultara a Tony y de que yo lo llamara un monstruo pero eso no significaba que no pudiéramos ser civilizados.

-¿Cómo estás?-. Preguntó Barnes viniendo en mi dirección y rodeándome con su brazo metálico cubierto ahora por un suéter para darme un medio abrazo, cabe destacar que tenía un delicioso perfume que noté de de inmediato. Se veía algo diferente con una sudadera y jeans, además de un par de botas café oscuro, se veía bastante normal para alguien que era del siglo pasado y parecía estar llevándolo todo con calma.

-Bien ¿Y tú qué tal te adaptas?-. Le pregunté al chico mientras entrabamos en el restaurante, Shuri iba adelante presentando a Jess con los demás mientras que ésta tenía una sonrisa que no le cabía en el rostro.

-Todo es... extraño-. Aseguró él con una mueca encogiéndose de hombros pero con una sonrisa que indicaba que estaba feliz al respecto, a la vez que sostenía la puerta para dejarme pasar primero.

-Gracias-. Le respondí sintiéndome algo tímida delante de él de repente. Me di cuenta que eran las pequeñas cosas como esas las que lo delataban. No me mal entiendan no quiero decir que los caballeros no existieran ya porque definitivamente había unos cuantos por ahí pero tanto él como Steve venían de una época en la que la caballerosidad estaba en su máxima expresión y ellos no eran la excepción de la regla.

Tratamos de no llamar demasiado la atención y nos sentamos de inmediato a la mesa un tanto alejada del lugar esperando que nadie reconociera a los chicos; cosa que dudaba por la barba que comenzaba a crecer en el rostro de Steve con la que hasta a mí me costaba reconocerlo y en cuanto a Barnes no creo que nadie hubiera podido ver su rostro cuando estaba asesinando a diestra y siniestra hace unos años, en cuanto a Peter pues él usaba una máscara y no había nada de lo que preocuparse.

Nos sentamos en la mesa de seis yo en medio de Jess y Barnes, mientras que en la parte de enfrente estaba Peter en medio de Rogers y Shuri, una amable mesera vino enseguida a atendernos, pasándonos los menús, aparentemente no reconoció a nadie al menos no por ahora que se había ido con una sonrisa.

Enseguida la mesa se llenó de conversaciones entre pastas y filetes, camarones o pizzas mientras que todos decidíamos que pedir para almorzar. A pesar que no éramos los mejores amigos de la vida que llevaban años conociéndose y de que no teníamos absolutamente nada en común los unos con los otros, de alguna manera todo se sentía bastante natural, podíamos hablar y reír en unos segundos como si hubiéramos estado haciendo esto desde siempre. Parecíamos el grupo más extraño y ambiguo de amigos pero que de cualquier forma estaba funcionando.