eleven

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Hoseok no dejaba de hacerme sonreír. Hasta empezaba a creer que era fácil el lograr hacerme sonreír, pero luego recordaba que solo era a pocos a quienes sonreía. Un ejemplo claro había sido Kim Seokjin, el chico que a Sojin solía gustar y con el que -desgraciadamente- salía. No, a él nunca le pude sonreír aunque Sojin me gritase a los mil cielos que me llevara bien con él en el pasado,  para así algún día salir en una cita doble, en ese momento Taehyung conmigo y ella con Seokjin. Nunca pude. Por más esfuerzo que hacía, él no podía hacerme sonreír. Y si no le sonreía significaba un no me agradas.  Y bien que nunca lo hice... Él era un hijo de puta.

En cambio, Hoseok era diferente. No es que me agradaba, estaba simplemente jugando. ¿Qué se sentiría ser querida? A mis 19 años nunca había besado. El único sentimiento de gusto que había tenido había sido aquel fuerte sentimiento hacia Taehyung. De allí, nunca más. No había experimentado el que a alguien le gustase, o le pareciese linda, y en ese momento Jung Hoseok apareció. También sabía que era para disminuir aquel dolor amargo que recorría en mi ser al ver la dulce y perfecta pareja.

Su cuerpo se pegó mucho al mío y su nariz empezaba a rozar la mía. —¿Me permitirías besarte, Sungkyung? Eres muy hermosa.

Quizá Hoseok era aquel tipo que siempre decía la misma frase a cualquier chica para llevársela a la cama. Quizá él era el típico chico malo de las historias, pero no me importó. Por solo una vez quería olvidarme de mis sentimientos. Y cuando sus labios húmedos se colocaron sobre mis vírgenes e inexperimentados labios todo me supo a caramelo.

A caramelo de limón.

Dulce y agrio, como siempre me sentía.

Dulce porque era tierno, ya que Hoseok parecía deducir que nunca había besado, pues me tomó el rostro con calidez y acarició mi piel tan suavemente que me hizo derretir; agrio porque sabía a alcohol y no sabía si era solo mi boca o la de él, pues ya había pasado horas desde que se me había acercado y también había bebidos varios vasos de vodka. Aún así, con ese sabor agridulce me entregué a su boca.

Quizá también era mi culpa, Jungkook, nunca te enseñé la verdadera yo. Así como nunca vi el verdadero tú.

Die trying + jjk + kth + myg ✔️Where stories live. Discover now