Capítulo 20: Erikson

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Desperté y todo daba vueltas a mi alrededor. Cuando el remolino se detuvo, me encontré con un hombre, era una cara conocida.

—¿Quién es usted?—pregunté mientras trataba de salir de mi trance.

El hombre se levantó de su silla y agarró su bastón. Era el señor que encontré en el hospital anoche.

—¿No me recuerdas, Jackson?—preguntó mientras se acercaba a mí jugando con su bastón. Este no era el bastón común que llevaba en el hospital, este se veía de madera pesada y en el cabezal tenía la cabeza de una serpiente—Yo fui el que te dijo que a veces lo que buscas está frente a ti. Y aquí estoy ¿Acaso no me estabas buscando?—se señaló y luego volvió a su asiento.

Una vez que había aclarado mi mente, moví mis brazos y para mi sorpresa, no estaba atado a la silla, tampoco me habían atado los pies. Estaba de igual a igual sentado frente a este hombre en una pequeña habitación que no tenía más que dos sillas y dos personas. Muy a lo lejos escuchaba el susurro de la música, por lo que deduje que no habíamos salido de Amnesia.

—Tú no puedes ser...

—¿Esperabas a alguien más joven?—rio el hombre. No iba armado, tampoco parecía haber alguien más cerca, había mucho silencio aquí dentro—La mayoría de las personas me conocen como Ivar Erikson, pero mis chicos me llaman tío Erikson—sonrió.

—Si fueras Erikson ¿Por qué te arriesgarías a mostrarte?

—Necesitas confiar más en la gente, Jackson—respondió tranquilo—Ser espía no te vuelve intocable, ahora mismo puedes comprobarlo. En esta habitación, tú y yo somos iguales.

—Tú y yo no somos iguales. Tú eres un criminal—repuse.

—Tal vez—se encogió de hombros—¿Pero que acaso nuestros trabajos no se parecen? Ambos trabajamos en secreto.

—A diferencia de que tú asesinas gente y conviertes a niños en criminales.

—¿Qué acaso ustedes no hacen lo mismo?—se apoyó sobre su bastón y me miró con pena—Someten a niños de siete años a un entrenamiento mortal, les quitan la niñez y la posibilidad de tener una vida normal. En la Academia les quitan la humanidad y les sacan sus nombres para ponerles un número. Las serpientes, como todos les llaman, están aquí voluntariamente porque quisieron tener una vida mejor, somos una familia. Pero nosotros somos los malos porque hacemos cosas ilegales ¿no?

¿Cómo Erikson sabía tanto sobre la Academia? Nadie externo suele conocer el sistema, por lo que supuse que este hombre tal vez trabajó alguna vez allí, pues tiene un profundo resentimiento con los espías.

—Si sigues asesinando espías nunca habrá paz—dije.

—Yo no he asesinado a nadie—dijo inocente—La mayoría de los espías muere buscándonos, porque se metieron en lugares y con personas equivocadas. Nuestra querida Maddie hizo lo que hizo porque su crueldad la obligó—me señaló con su bastón.

—¿Y qué hay de la nota que dejaron en la casa del encargado del caso?

—¿Ha habido algún muerto?—me levantó las cejas—Lo de la amenaza fue obra de mis chicos, yo nunca permití eso.

Erikson me tenía entre cuerdas. Era tal el poder de persuasión de este tipo que sentía que yo era el villano dentro de esta habitación. Madeleine dijo que Erikson era un encantador de serpientes, y ahora veo la razón. No caeré en su trampa, yo no.

—Si no quieres muertes, entonces ¿para qué me tienes aquí?

—Técnicamente, tu gente asesinó a nuestra Madeleine, luego fuiste y trataste de atrapar a Janine, haciendo que nos allanaran la importadora. Fuiste a la discoteca para impedir una tragedia, pero también para capturar a uno de mis chicos. Tú no los quieres a ellos, me quieres a mí. No quiero muertes, no, pero no significa que dejaré pasar todo lo que nos han hecho, por eso estás aquí.

JacksonWhere stories live. Discover now