Capítulo 32: El Ángel

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Drake me acababa de revelar todo el secreto detrás de las serpientes. Al principio eran puros rumores, luego Drake asesinó a Shelby y todo el imperio comenzó a venirse en picada. Por eso mismo, ahora Drake quería escapar de Erikson.

—¿Por qué quieres asesinar a Erikson si él es tu familia?—le pregunté a Drake sospechoso.

Él soltó la lapicera con la que estaba garabateando sobre los rostros de los hombros y se acercó a mí. Me quedé quieto esperando su respuesta. Su mirada era muy penetrante, como la de Hannah, pero la de él era más bien una mirada enfermiza.

—Él me traicionó primero al no confiar en mí después de toda la lealtad que le he demostrado—contestó frío—Además, ya no es el Erikson que me sacó de las calles. Este tipo es un monstruo.

Asentí con temor oculto. Con Drake nunca se sabía.

—Creo que ya se fueron—comentó, volviendo a su actitud relajada. No entendía cómo es que podía pasar de inmaduro a serio y de serio a indiferente—Sal primero y dime si hay alguien, así...

—Cállate—me puse el dedo índice sobre la boca y me asomé a la ventana.

Un helicóptero pasaba justo frente al edificio y se quedó dando vueltas. Apostaría cielo y tierra a que era el helicóptero de la Sede Central que venía a recoger a Erikson. Abrí la ventana y pasé la pierna a través de ella. Drake me agarró de los hombros.

—¿Acaso eres suicida?—gritó.

—Hay una escalera de incendios, imbécil—me lo saqué de encima y me tiré sobre la escalera.

Comencé a correr escaleras arriba y antes de llegar a la cima miré hacia abajo para ver si Drake me seguía. Él, con mucha dificultad, tironeaba el bolso para pasarlo por la ventana. Una vez que logró hacerlo, miró hacia arriba, encontrándose con mi mirada, para luego colgarse el bolso a las espaldas y salir corriendo escaleras abajo, despavorido. Después de todo, siempre supe que él iba a traicionarme apenas tuviera la oportunidad. Drake Lovren me usó para conseguir el bolso y luego poder escapar del edificio. Aunque yo también me aproveché, sin él seguiría encerrado en el sótano. Terminé de subir las escaleras y ya me encontraba sobre el techo del edificio. El helicóptero no dejaba de dar vueltas a nuestro alrededor preparándose para aterrizar sobre el techo del edificio de al lado. Erikson estaba allí parado con su bastón y Renner al lado.

—¡Erikson!—grité por sobre el ruido del helicóptero.

Él volteó hacia mí y le apunté con mi rifle. Renner levantó su arma y me apuntó. Llevaba una venda rodeando su pierna, cubriendo el corte que le había provocado con mi cuchillo. Aún no me creía que fue esta misma noche que estuve con Patrick en aquel restaurante, parecía muy lejano cuando en realidad sólo habían pasado unas horas. ¿Y si él estaba muerto ahora mismo?

Renner se me acercaba cojeando con su pierna buena. Levanté el rifle hacia su cabeza e hice algunos pasos hacia adelante.

—Si te me acercas te juro que te volaré la pierna buena—lo amenacé.

—Estas solo—dijo Erikson—Déjanos ir y todo esto por fin terminará.

—Nada terminará hasta que no te vea encerrado de por vida—grité. Mi tono de voz era uno que nunca, hasta ahora, me había escuchado. Mis palabras sonaban crueles y expresaban mis deseos de matarlo.

La puerta que conectaba el techo con la escalera del edificio fue abierta repentinamente y Janine Watson apareció por ella. Janine no estaba sola, sino que venía tironeando a Tim del cabello.

—Miren lo que encontramos deambulando solo por las calles—dijo en tono burlón—Deberías cuidar mejor de tus mascotas.

Tim dibujó un "Lo siento" en sus labios y fue arrojado a mi lado. Lo coloqué detrás de mí y seguí apuntando con mi rifle.

JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora